No es raro que cualquier telediario, o el informativo de cualquier emisora de radio, o la portada de cualquier periódico, comience desde hace días hablando del Ébola y todo lo que ello comporta. Que si fue o no correcto repatriar a los misioneros infectados, que si se tomaron las medidas adecuadas en su momento, que si se informó adecuadamente al personal sanitario de cómo debía actuar a estos enfermos, que si se siguieron los protocolos, que si se debió o no sacrificar al perro Excalibur, que si la ministra ha debido o no dimitir… y mil cosas más.
De todo ello me interesa profesionalmente la reflexión que se pueda realizar acerca de la importancia que tienen los protocolos en la Medicina que se practica cada día y el seguimiento que de los mismos hagan los colegiados.
La doctrina viene a señalar que “los protocolos médicos, también denominados algoritmos o guías para la práctica médica, responden a la cristalización escrita de criterios de prudencia, sin que constituyan verdades absolutas, universales, únicas y obligatorias en su cumplimiento, pero permiten habitualmente definir lo que se considera, en ese estado de la ciencia, práctica médica adecuada y prudente ante una situación concreta, fijando por escrito la conducta diagnóstica y terapéutica aconsejable ante determinadas eventualidades clínicas, lo que equivale a positivizar o codificar la lex artis”.
Tenemos la experiencia de que el protocolo ostenta un enorme valor orientativo para los operadores jurídicos, aun cuando al juez es evidente que no le vincula ni le obliga a su aplicación forzosa. No obstante, los médicos forenses suelen seguir el protocolo que en cada caso sea de aplicación de forma estricta, por lo que encarecidamente recomiendo que el colegiado procure conocer los protocolos que hay en circulación, se asegure de que los mismos se encuentran actualizados y que procure ajustar a ellos su actuación.
No obstante lo anterior, como es lógico, me someto a cualquier otra opinión más fundamentada.
Y la semana que viene, más.
Miguel Fernández-Melero Enríquez
Asesor Jurídico del Colegio