En ocasiones resulta difícil saber cuáles son los temas que puedan interesar a los colegiados y que me permitan engancharles por unos minutos a esta página. La reflexión viene a cuento porque últimamente he tenido la oportunidad de participar en una reunión de médicos, en la que se me ha dado luz verde con el micrófono, y he dispuesto de media hora para hablar de lo que me pareciera oportuno delante de casi cien facultativos.
Aprovechando la ocasión que se me ofrecía, me he centrado en un asunto que es el que más problemas está produciendo, y es el que se deriva del Consentimiento Informado. Se trata de un tema tan repetido que ya se conoce por sus siglas: C.I.
Lo cierto es que cada vez hay más pleitos en los que técnicamente el colegiado lo ha hecho todo bien, pero los demandantes se agarran a ese clavo ardiendo del C.I., que es precisamente en el que habitualmente más se falla.
Como quiera que me apercibí de que había quien tomaba notas frenéticamente, ahora se lo digo por escrito. Conviene que revisen la Orden de 8 de Julio de 2009, publicada en el BOJA nº 152 de fecha 6 de Agosto, en la que se dictan instrucciones a los Centros Sanitarios del Sistema Sanitario Público de Andalucía, en relación al procedimiento de Consentimiento Informado.
En esa orden se contiene el listado de consentimientos disponibles en todas las especialidades médicas, incluyendo los procedimientos quirúrgicos que en cada caso corresponden, lo que es un elemento básico para poder hacer bien las cosas, incluyendo información sobre lo que el paciente debe saber acerca de en qué consiste el mal que padece, y para qué sirve el procedimiento que se le ofrece.
Después se le explica cómo se realizan las distintas técnicas que se pueden emplear, los efectos que le producirá, en qué le beneficiará, los posibles resultados y las alternativas, en su caso.
Lo más importante es que se contiene los riesgos que tiene la actuación médica, señalando los más frecuentes y los más graves. Se explican las situaciones especiales que deben ser tenidas en cuenta, así como la posibilidad de que se produzcan hallazgos imprevistos, la necesidad de tomar muestras biológicas e incluso la posibilidad de tomar imágenes como fotos o vídeos.
Por favor, no olviden que el paciente firme donde procede y que el médico que informa también tiene que firmar.
Y la semana que viene, más.
Acceda aquí a la Orden de 2009 sobre consentimiento informado.