Antonio Ares Camerino
Después de una dura sequía, hablar de agua en estos días es tener que mirar el cielo gris que amenaza tormenta.
En el año 2010 la película dirigida por Icira Bollain “También la lluvia”, con guión de Paul Laverty, fue seleccionada para representar a España en la carrera hacia los Óscar junto a “Lope” y “Celda 211”. Este drama social que transcurre en Bolivia ha sido muy premiado en diversos festivales de cine. En él se relata la “Guerra del Agua” desatada en el año 2000 en el país andino. Las protestas de campesinos y trabajadores, con huelgas y manifestaciones, dejaron aislada la ciudad de Cochabamba durante días, como protesta a una Corporación norteamericana que de manera disparatada intentó subir el precio del agua en un 300%. Este líquido elemento es un derecho negado a miles de millones de habitantes de este planeta tierra, cubierto en más de sus tres quintas partes por él.
La humanidad necesita imperiosamente agua. Este elemento flexible, incoloro, inodoro e insípido se convierte en un elemento esencial para el desarrollo sostenible y la supervivencia del medio ambiente, de la población y de ecosistemas vulnerables.
El agua propicia el bienestar de la población, el crecimiento inclusivo y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente. En la actualidad cerca de 700 millones de personas viven sin suministro de agua potable en sus hogares, lo que les obliga a pasar horas haciendo colas o trasladarse durante horas a fuentes cercanas, así como a hacer frente a problemas graves de salud debido al consumo de agua contaminada y no apta para el consumo humano. Ese hecho automático de abrir un grifo y ver cómo sale agua apta para el uso humano es todo un lujo que no sabemos apreciar y que está al alcance de pocos.
Según la ONU, el 22 de marzo es una oportunidad de aprender más sobre temas relacionados con el agua, a la vez que sirve de inspiración para compartir los problemas relacionados con el agua y tomar medidas para cambiar la situación. Cada año la ONU establece un tema para el Día correspondiente a un desafío actual o futuro. Este año el tema es ‘Natura of Water’ que en español significa, “Naturaleza del Agua”, para explorar cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI. Alrededor de 2.000 millones de personas viven en ecosistemas donde el agua es un bien escaso. Más del 80% de las aguas residuales del mundo son vertidas a los cauces sin ser tratadas adecuadamente, con el riesgo para la salud y el desperdicio de ese bien escaso que ello supone.
En este fragor de precipitaciones, muy ansiadas y bien recibidas, se vuelve a plantear un consenso sobre el tan demandado Plan Hidrológico. Como tantas cosas no es cuestión de siglas políticas, es pura necesidad y supervivencia. Los expertos menos agoreros nos proponen un futuro hidrológico muy negro para nuestro país, el de mayor situación de riesgos de desertización de todo el hemisferio norte. Y nuestros dirigentes esperando que nos salve la lluvia.
En nuestra mano esta dar ese valor inmenso a cada gota, apreciar que su transparencia es fuente de vida, y que aunque no se crea ni se destruye, como la materia, su uso racional nos hará más fuertes, limpios y sanos.
BIBLIOGRAFIA
www.fundacionaquae.org