Leo en la prensa que una señora de Sevilla que se encontraba de vacaciones en Rusia ha sido detenida por la policía e ingresada en la cárcel acusada de robar unos cuantos objetos que estaban en un neceser, valorados en unos siete mil rublos, que al cambio son unos cien euros.
La explicación que da la señora, que fue arrestada en el aeropuerto de San Petersburgo cuando iba a facturar sus maletas con destino a Moscú, es que se lo había encontrado en el suelo, que preguntó si era de alguien y como todos le dijeron que no, pues cogió algo de lo que había dentro, concretamente unos pendientes de bisutería, maquillaje, un cargador de móvil y unas gafas de sol. Parece que lo que estaba tratando es de hacer uso de una institución que había en el Derecho Romano, que se llamaba “res derelictae”, y que permitía adquirir por ocupación aquellas cosas abandonadas por su propietario.
Y resultó que esas cosas que había cogido sí tenían dueña. La policía la detuvo y está en una cárcel rusa desde entonces, porque resulta que esa acción está prevista y penada en el Código Penal ruso con una pena de hasta cinco años de prisión.
Ya sé que esto no tiene nada que ver con la profesión médica, pero es que hay muchos que no saben que encontrarse una cosa sin dueño conocido y no devolverla o entregarla a las autoridades también es considerado por el Código Penal español como delito de apropiación indebida. Resulta que eso que se encontraron no les había caído del cielo y no tienen derecho a quedárselo.
El artículo 254 del Código Penal establece que quien fuera de los supuestos del artículo anterior (art. 253) se apropiare de una cosa mueble ajena será castigado con una pena de multa de tres a seis meses. Si se tratara de cosas de valor artístico, histórico, cultural o científico, la pena será de prisión de seis meses a dos años. Si la cuantía de lo apropiado no excediere de 400 euros, se impondrá una pena de multa de uno a dos meses.
Si cuento esto aquí no es porque piense que los médicos se dediquen a coger cosas que no son suyas, sino porque se trata de un error muy común, que es algo que conviene saber, porque la ignorancia de la Ley no excusa de su cumplimiento y puede dar lugar a situaciones complicadas. De hecho, a veces vemos en los medios, como algo extraordinario, que un ciudadano entrega en la policía la cartera que se encontró, por lo que eso de quedarse con aquello que parecía que estaba perdido debe ser algo bastante común.
Y la semana que viene, más.