Desde hace más de un siglo, la Fundación para la Protección Social (FPSOMC) presta atención y ayuda integral a los médicos y sus familias a través de servicios y múltiples prestaciones: asistenciales y educacionales, para conciliación y la autonomía personal en el hogar de personas con discapacidad o dependencia, así como para la promoción de la salud del médico y la protección del ejercicio profesional. La profesión médica fue pionera en crear este modelo de protección “de médicos que protegen a médicos”.
Gracias a esta solidaridad de los socios protectores de la Fundación como Usted, el Programa de Protección Social ha podido destinar en 2020 un total de 287.000 euros en ayudas a huérfanos de médicos de la provincia con discapacidad y huérfanos menores de 21 años y mayores de 60, médicos jubilados, ayudas educacionales, becas para estudios medios y superiores, médicos con discapacidad, ayudas por viudedad, tratamientos especiales para hijos entre 6 y 21 años, atención en domicilio o como parte del programa Protección COVID-19.
El Programa de Protección Social de la Fundación viene destinando más de 14 millones de euros a ayudas que recaen en cerca de 3.000 personas cada año y se financia a través de las cuotas voluntarias de los médicos colegiados de España, que se traducen en solidaridad y ayuda de los médicos hacia los médicos más necesitados y sus familias.
La Fundación para la Protección Social provee alrededor de 2.500 prestaciones a médicos y sus familias. Las aportaciones de sus socios protectores y donantes hacen posible que la FPSOMC gestione más de 750 prestaciones asistenciales a huérfanos con discapacidad, médicos jubilados y con discapacidad, a cónyuges en concepto de viudedad, huérfanos mayores de 60 años, a tratamientos especiales de 6 a 21 años y de atención temprana (de 0 a 6 años).
En relación a las ayudas concedidas en el ámbito de la educación, en torno a 1.500 estudiantes huérfanos de médicos se benefician de ellas en forma de becas o títulos. Además, la Fundación destina más de 200 ayudas para la Conciliación de la vida Personal, Familiar y Profesional a residencias de mayores y centros especiales, servicios de atención en el domicilio, servicios de tele-asistencia domiciliaria y servicios de respiro. Por otro lado, la Fundación dedica asimismo prestaciones para la Autonomía Personal en el Hogar y para la Prevención, Promoción y Protección de la Salud del Médico a través de su Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME). Cada año la Fundación incorpora nuevas prestaciones y coberturas a su catálogo, sensible a la evolución de las necesidades de los colegiados médicos y sus familias.
Estas son las cifras tras la que se encuentran miles de historias individuales y todas ellas comparten el apoyo y el auxilio de cada socio protector con su valioso aporte personal a una obra colectiva necesaria: ayudar al que ayuda cuando es el médico quien se encuentra en situación de necesidad económica y social.
Como mantenemos y compartimos desde el Colegio de Médicos de Cádiz, “ser socio protector es una decisión individual voluntaria, así como dejar de serlo. Pero nuestro objetivo es lograr que quien decida ser socio protector lo sea durante toda su vida, pues su aportación es muy importante para mejorar la calidad de vida de un colectivo vital para la sociedad como son los médicos.”
Este es el valor y la fortaleza que dan sentido a nuestra Fundación y a todos nos corresponde mantener vivo ese legado.