Fuente: Andalucía Médica
Antonio Campos es gaditano, de la Isla de León, afincado en Granada. Médico, investigador y Catedrático en Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada. Miembro de la Real Academia Nacional de Medicina y Presidente de la RAMAO. Elegido recientemente director científico del Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucía. Entre sus logros fue elegido Embajador de la Medicina Española y galardonado en 2018 con la medalla de oro de Andalucía en representación del grupo de investigación de ingeniería tisular que dirige en la Universidad de Granada, con el que ha obtenido la primera córnea artificial completa y otros tejidos artificiales como piel, mucosa oral, cartílago y nervios.
- ¿Cuándo supo que quería ejercer la profesión más bonita del mundo?
Quizá en vez de bonita, a la medicina la calificaría de profesión singular porque la enfermedad y el sufrimiento humano no son bonitos. Pero si es una profesión singular porque aúna como pocas lo científico y lo social, lo racional y lo emocional, lo utópico y lo pragmático. Mi interés por ella comenzó en mis años de bachillerato; pensé que siendo médico podría compartir conocimiento científico y ayudar a los demás; tuve una gran motivación social.
- Tiene muchas inquietudes y es “polifacético”, pero ¿en qué faceta se siente más a gusto?
A mí me interesa el mundo en el que vivo en todas sus dimensiones con su pasado y con su futuro. Y, por tanto, me interesa la cultura en su conjunto tanto en el sentir de Ortega –repertorio de ideas que hace al hombre entender el mundo en el que vive-, como en el sentir del escritor Muñoz Redón que afirma que la cultura es inventarse la vida cada día para calentar la frialdad del mundo con colores, herramientas, caricias o sueños. No soy polifacético por afición, sino por interés propio.
- De todos sus logros ¿cuál recuerda con mayor cariño?
Creo que no hay un logro concreto. Para mí un logro es dar bien una clase cada día y sentir que comunicas lo que quieres decir, es el placer de constatar un hallazgo en el laboratorio y comprobar que, a veces, puede incluso ser útil a los pacientes, como ocurrió con la piel artificial que creamos en nuestro laboratorio, o cuando he tenido responsabilidades de gestión. Un logro también es ver concretada una idea en una realidad como me ocurrió con el plan Cajal de movilidad de alumnos de medicina o con las redes de investigación y los institutos sanitarios del Instituto Carlos III o más recientemente con la publicación del primer Diccionario de Términos Médicos publicado por la Real Academia Nacional de Medicina. Hay logros que se alcanzan de vez en cuando y otros que puedes conseguir cada día.
- Ocupa el sillón del Dr. Ramón y Cajal en la Real Academia Nacional de Medicina. Esto impone, ¿verdad?
Para mí es un inmenso honor como médico histólogo ocupar ese sillón de la Real Academia. La figura de Cajal es la de un gigante de la ciencia como Newton, Einstein, Darwin o Galileo y, por eso, soy muy consciente, como suelo decir a quien me pregunta por ello, que no llego ni a la parte baja de la pata del sillón. Pero estoy ahí y asumo la responsabilidad de estarlo y de servir lo mejor que pueda y sepa a la histología y la medicina española. Ocuparlo es por tanto para mí un estímulo permanente de superación y de servicio.
- Un médico debe conjugar una inquietud investigadora, docente y asistencial ¿cómo podemos potenciar estás tres facetas?
Pues tomando conciencia de que no es posible separar dichas actividades. Cada paciente nos interroga con problemas científicos que desconocemos. Estar atentos a lo que nos llama la atención y no podemos explicar es la primera fase de cualquier investigación, sea esta recopilatorio de observaciones y datos o fuente de una investigación más profunda con otros colegas. Y la docencia no es más que compartir nuestro conocimiento y experiencia con los demás para seguir aprendiendo, a veces con alumnos y otras veces con compañeros de laboratorio, sala o centro de salud. Yo no sería capaz de separar estas actividades que, a mi juicio, están presentes en cualquier tipo de acto médico.
- ¿En qué están trabajando actualmente en su laboratorio?
En el desarrollo de nuevos tejidos artificiales para la terapéutica y la mejora de los ya generados. Acabamos de publicar un modelo de esclerótica artificial y venimos mejorando poco a poco los modelos ya diseñados de mucosa oral, cartílago, nervio periférico y paladar artificial, que posiblemente sea el próximo en trasladarse a la clínica. Recientemente también hemos creado modelos de piel con células madre mesenquimales de medula ósea, pulpa dental y tejido adiposo que nos van a permitir disponer de piel artificial almacenada en bancos de tejidos para su uso inmediato en los grandes quemados sin tener que esperar a la fabricación con células del propio paciente.