La Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC (FCOMCI) y Cruz Roja Española han presentado su labor conjunta en la Asamblea del Comité Internacional de la Cruz Roja Internacional (CICR), celebrada estos días en Ginebra, sobre el programa “Asistencia de Salud en Peligro”, una iniciativa cuyo objetivo es encarar el problema de la violencia contra los pacientes, los profesionales sanitarios y las instalaciones de salud y fortalecer la seguridad del acceso a la asistencia sanitaria en conflictos armados u otras situaciones de emergencia.
El Proyecto “ICRC Health Care In Danger” (Asistencia de Salud en Peligro) fue puesto en marcha por el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en 2012, con la finalidad de garantizar el acceso de forma segura a servicios de salud y a la asistencia sanitaria.
La FCOMCI se adhirió en 2015 a esta campaña tras la firma de un convenio de colaboración con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Cruz Roja Española (CRE), que incluía el objetivo, además de difundir e impulsar esta campaña, de traducir el módulo en Español para facilitar el acceso a las herramientas de formación a todas las instituciones, sanitarios, Gobiernos y profesionales humanitarios, entre otros, de la comunidad hispanohablante.
Cifras “apabullantes” que sólo son “la punta del iceberg”
El CICR lleva desde 2008 documentando la violencia contra el personal médico, las instalaciones sanitarias y los pacientes en 16 de los países en los que trabaja. El número de incidentes que ha registrado es apabullante. Sin embargo, las estadísticas no representan sino la punta del iceberg, ya que no reflejan el costo agravado de la violencia: personal médico que abandona su puesto, hospitales que se quedan sin existencias, campañas de vacunación suspendidas… estas repercusiones limitan drásticamente el acceso a la atención médica de comunidades enteras, cuyos miembros pueden padecer problemas de salud crónicos o relacionados con la guerra.
Prácticamente, los ataques deliberados al personal médico, los pacientes, las instalaciones y los vehículos sanitarios violan siempre el derecho internacional. Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales establecen el derecho de los heridos y los enfermos ―combatientes y civiles― a no padecer sufrimientos a mayores durante los conflictos armados y a recibir asistencia. Para que esto se traduzca en la práctica, el personal médico, las instalaciones y los vehículos sanitarios gozan de un estatuto de protección siempre y cuando mantengan su carácter neutral y traten por igual a todos los pacientes, independientemente de su ideología política, credo, u origen étnico. El personal, las instalaciones y los vehículos sanitarios se identifican claramente mediante símbolos de protección como la cruz roja, la media luna roja y el cristal rojo. Asimismo, todas las partes en conflicto están obligadas por ley a buscar y recoger a los heridos tras la batalla, y a facilitarles el acceso a las instalaciones sanitarias. Estas leyes, vinculantes para todos, no siempre se respetan.