Los colegiados que se inscriban en el curso de control del paciente agresivo que el COMCADIZ imparte desde el próximo 28 de enero podrán aprender a detectar precozmente situaciones de agitación para adelantarse y gestionar situaciones potencialmente de riesgo de agresión verbal o física, primero mediante el control verbal y si este no fuera efectivo a repeler la agresión y huir del escenario. El Director y coordinador del curso y director de formación de Emergency Staff, Andrés García Córdoba, explica algunos de los contenidos teóricos y prácticos del curso y destaca la importancia de denunciar siempre cualquier agresión de la que el médico pueda ser víctima en su ejercicio profesional y durante su labor asistencial.
¿Saben los médicos hacer frente a una agresión, gestionarla para que en la medida de lo posible no se consume?
En general no tenemos formación específica en este tipo de situaciones, por lo tanto, cuando se produce una agresión la reacción instintiva del profesional surge, pero falta aprender cómo aprovechar mejor esta reacción para disminuir el riesgo de lesiones.
¿Qué rasgos pueden indicar que el médico está ante un paciente o un familiar de este que es potencialmente violento?
En el curso aprendemos sobre la sinergología que se produce previa a la agresión. Ya que el lenguaje no verbal precede a la agresión. Por lo tanto si sabemos “leer” al agresor, ganamos tiempo y supervivencia.
¿Varían estos síntomas en función de que el ámbito de la asistencia sea un centro de salud, una consulta hospitalaria o un servicio de urgencias?
No, son los mismos y además son universales. Lo que cambia es el escenario donde aparece la discrepancia y la agresión.
¿Qué técnicas de anticipación a la agresión se enseñan al profesional a través de este curso?
Les enseñamos a reconocer los signos de alarma no verbal que preceden a la agresión, la reconducción de la situación hostil y, si se produce la agresión, aprender a huir y escapar del escenario mediante técnicas instintivas de autodefensa.
Todo se recoge en el protocolo ACIS (autoprotección-control verbal-inmovilización-sedación) que desarrollamos específicamente para este curso.
Muchas
veces los centros no cuentan con elementos de disuasión ante un
posible paciente agresor. Este riesgo de exposición actúa contra el
médico. ¿Qué puede hacer en estos casos?
Nosotros abogamos por la formación continuada como método anticipativo, así como el estudio individualizado de los procedimientos de seguridad en centros asistenciales para que sean más seguros para los trabajadores.
Desde
el Colegio de Médicos insistimos en la necesidad de que el médico
denuncie siempre la agresión, sea física o verbal… ¿No es un
error restar importancia al insulto o la amenaza?
Se deben denunciar siempre aquellas conductas verbales o físicas que pongan en juego la seguridad e integridad física y emocional del médico.
Las agresiones a profesionales de la salud requieren un abordaje multilateral. ¿Cómo puede avanzarse en una mayor concienciación social frente a esta lacra?
De la misma forma de las campañas sobre violencia de género: visibilidad y concienciación. No sólo se trata de poner el remedio tras una agresión, sino concienciar a la sociedad que la violencia no es solución de nada.