Jesús Barba Sánchez-Archidona
Mañanita de niebla, tarde de paseo. Pienso que sería lo que la mayoría de los participantes en la excursión, paseo o viaje o como se le quiera llamar, pensamos al iniciar la jornada que el Colegio Médico nos propuso. De esta manera, con precaución en la autopista y con curiosidad por lo que nos ofrecería el día nos dispusimos a afrontar una nueva experiencia.
Ya en el centro de la ciudad de Bornos, una vez el grupo formado iniciamos la primera parte de la jornada, esto es la cultural con la visita al convento de Corpus Christi, edificio del siglo XVI, en la actualidad Instituto, cuya historia fue perfectamente explicada por nuestra guía. Sus acertados comentarios expuestos de manera amena y las respuestas a nuestras dudas fueron seguidos con gran interés por todo el grupo.
Pasamos posteriormente al castillo-palacio de los Ribera, construcción de origen árabe de cuya época quedan algunos lienzos de muralla y la Torre del Homenaje Posteriormente ocupado por los cristianos y, finalmente, restaurado y transformado en palacio de estilo plateresco en el S.XVI por la familia Afán de Ribera cuya genealogía nos explicaron.
Visitamos posteriormente sus hermosos jardines renacentistas, declarados de Jardín Histórico de Interés Cultural, inspirados en el Belvedere de Bramante, en el Vaticano, decorados con albercas, grutescos, fuentes y plantas como el mirto, la mejorana, el boj, el ciprés y el naranjo. En uno de sus extremos, se halla una logia, de estilo pompeyano; la única existente en Andalucía, con hornacinas decoradas con estatuas de motivos mitológicos, que hoy se encuentran en la Casa de Pilatos de Sevilla.
Todo ello fue recorrido por el grupo con gran interés, fotografiado hasta el último detalle y sometiendo a la guía a infinidad de preguntas todas adecuadamente respondidas.
Finalmente llegó el momento de la naturaleza. . Descendiendo hacia el embalse por las calles de Bornos, con el sol ya en todo lo alto, el grupo se dispuso a recorrer el trazado de la antigua vía del tren Jerez-Almargen, que curiosamente nunca llegó a ser puesta en servicio a pesar de su interés estratégico pues unía por tierra el Atlántico con el Mediterráneo obviando el paso por el estrecho de Gibraltar de las tropas.
Atravesamos varios túneles y trincheras disfrutando de un bellísimo paisaje con el embalse a un lado y la montaña al otro hasta que llegó el momento de regresar. A la altura de las instalaciones deportivas del embalse, y tras las correspondientes fotos de grupo despedida… y hasta la próxima que esperamos sea pronta y al menos tan amena, interesante y agradable como ésta.
No puedo terminar este elemental comentario sin agradecer a Carmen Sebastianes su dedicación a éste y otros temas pues no deja de ser un trabajo que a veces no se valora lo suficiente. También animarla a continuar y ofrecerle la colaboración de (espero) todos, si fuera necesaria.