José Arturo Visedo Manzanares
La firma de cosméticos Vichy hizo en Italia un estudio sobre “Las arrugas de las mujeres vistas por los hombres” y, según los datos obtenidos, se llegó a la conclusión de que los italianos pueden sentir deleite y admiración por las arrugas de sus madres ó de sus abuelas, como muestra de experiencia y sabiduría, pero no las perdonan en sus novias ó sus mujeres por suponer que son debidas a descuido y dejadez.
Deleite y admiración son precisamente términos con los que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua define la belleza: un conjunto de formas, proporciones y cualidades que nos produce un deleite espiritual o un sentimiento de admiración.
Luego, para el italiano la arruga en la mujer no es bella; pero la belleza, referida al ser humano, es un concepto subjetivo que ni es universal, ni es duradero.
No es Universal: una máscara ritual africana que represente para el nativo a una divinidad benévola puede parecer horripilante a un occidental; por el contrario, la imagen de un Cristo flagelado, ensangrentado y humillado que a un cristiano inspira simpatía y emoción puede parecerle desagradable a un oriental.
Voltaire (París 1694 – 1778), en el Diccionario filosófico, escribe: “Preguntad a un sapo qué es la belleza. Os responderá que la belleza es lo que representa la hembra de su especie, con sus hermosos ojos redondos que sobresalen de su pequeña cabeza, boca ancha y aplastada, vientre amarillo y dorso oscuro. Preguntádselo al diablo y os dirá que la belleza consiste en un par de cuernos, cuatro garras y una cola”.
Tampoco es duradero, pues varía según criterios económicos y sociales: las mujeres ricas de antaño debían ser gordas para demostrar que comían en abundancia sin necesidad de trabajar.
En otro tiempo, lucir un cuerpo atlético era indicativo de que se disponía de tiempo libre para cuidarse físicamente;
hoy, tener una figura estilizada y firme demuestra que puedes permitirte ir al gimnasio, e igualmente, lucir un bronceado oscuro, casi negro, a partir de septiembre, demuestra que has podido permitirte unas largas vacaciones de verano.
Pero hay más; Marx, en sus Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, opina que el dinero puede compensar la falta de belleza: soy feo pero tengo dinero para elegir a la mujer más bella, luego no soy feo, porque el efecto de la fealdad ha quedado anulado por el dinero. Soy tullido, pero tengo dinero para comprarme veinticuatro prótesis articuladas activas, luego no soy tullido.
Extendiendo esta reflexión a otros campos podemos decir que, ciertos personajes, feos pero poderosos, son contemplados con ojos de adoración debido a la fascinación que producen entre sus inferiores.
Estos cambios, referidos a criterios sociales y económicos, los ha ido reflejando la pintura y disponemos de testimonios artísticos de cada uno de esos momentos que iremos comentando en las próximas semanas:
- La Belleza en la Prehistoria y Edad Antigua.
- La Belleza en el mundo cristiano.
- La Belleza a partir del Renacimiento.
Autores:
Berthe Morisot: (Bourges, 14 de enero de 1841-París, 2 de marzo de 1895) pintora francesa, fundadora y figura clave del movimiento impresionista.
Gustave Caillebotte: (París, 19 de agosto de 1848 – Gennevilliers, 21 de febrero de 1894) fue un pintor realista francés, amigo, coleccionista, mecenas y organizador de exposiciones impresionistas.
Pierre Auguste Renoir: (Limoges, 1841 – Cagnes-sur-Mer, 1919) Pintor francés, una de las más destacadas figuras del impresionismo.
Henri de Toulouse Lautrec: (Albi, 24 de noviembrede 1864 – Saint-André-du-Bois, 9 de septiembre de 1901), fue un pintor postimpresionista francés que destacó como cartelista y por la representación de la vida nocturna parisina de finales del siglo XIX.
IMPRESIONISMO:
Fue un movimiento pictórico surgido en Francia alrededor de 1860 caracterizado por plasmar la luz del momento sin importar demasiado el modelo ya que una misma forma cambia según la luz que incide sobre ella dando lugar a otra distinta. Rechaza el negro, no oculta la pincelada y utiliza colores puros que no mezcla en la pakleta sino en el propio lienzo.
El nombre viene del uso peyorativo que un crítico hizo del título de un cuadro de Monet «Impresión: sol naciente».
Nota: Resultaría abrumador citar a todos los autores cuyas ideas he utilizado aquí . Mi reconocimiento a todos ellos.