José Arturo Visedo Manzanares.
En el primero de estos capítulos, dedicados a “Las pasarelas de la moda”, conocíamos cómo se cubrían el cuerpo las sucesivas sociedades hasta el año 476 dC.
En el año 395 dC, el emperador Tedosio dividió el Imperio romano en dos, para entregar una parte a cada uno de sus hijos: la oriental a Arcadio y la occidental a Honorio.
En el mencionado año 476 dC cae la mitad Occidental en manos de los pueblos bárbaros del norte, lo que marca el fin de la Edad Antigua y el comienzo de la Edad Media. Esta se extendió hasta la desaparición definitiva del Imperio romano de Occidente o Bizantino (práctiamente inexistente ya) en el año 1453, momento de la conquista de Constantinopla por el ejército turco.
En Occidente, la Edad Media suele dividirse en dos grandes períodos debido a diferencias políticas, económicas, sociales o culturales:
- Temprana-Alta Edad Media (siglo V a siglo X).
- Tardía-Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV).
Indumentaria en la Temprana-Alta Edad Media.
A pesar de que Occidente se encontraba atomizado en lo que determinaría varios siglos más tarde la forma de los Estados actuales, el ciudadano medieval presentó una apariencia “supranacional” hasta el S.IX, determinada por la continuación en el uso de la túnica y manto romanos (desaparecieron la toga masculina y la estola femenina) con elementos añadidos de influencia germánica y bizantina.
Ropa Interior:
- Los calzones, bracae o femoralia, heredados de la tradición germano-bárbara, eran amplios, de lino o algodón.
- Las calzas consistían en una especie de calcetines o medias largas que llegaban hasta por encima de las rodillas, aunque se llevaban arrugadas como vendajes y
- La camisa ó blanqueta, que era utilizada también para dormir.
Vestido de “a cuerpo” o “de debajo”:
La túnica tenía un corte sencillo, uniforme e impersonal, sin diferencia entre sexos ni entre categorías, excepto por la longitud y la calidad de los tejidos. Tenía mangas largas, ajustadas, escote pequeño y redondo, suficiente para pasar la cabeza. Un cinturón le daba aspecto ablusado y como no se había inventado el bolsillo tenían que llevar bolsitos colgados del cinto.
El faldón llegaba hasta los talones (talar), aunque el hombre solía llevarlo corto, a la altura de las rodillas, lo que le permitía trabajar en el campo con comodidad quedando visibles las calzas. Podía estar abierto para montar a caballo sujetando las puntas al cinturón.
Vestido de encima:
Sobre la túnica se cubrían con el pellote que estuvo de moda en España y es posible que tuviera un origen árabe. Consistía en otra túnica talar, sin mangas, con el escote hendido o redondo y grandes aberturas laterales desde la axila hasta las caderas, llamadas escotaduras, que permitían ver completamente la prenda de abajo, pudiendo quedar el delantero y la espalda reducidos a una tira; la falda aumentó su vuelo a medida que se estrechaban las piezas delantera y trasera y en ocasiones estaba hendida por delante. Lo utilizaban indistintamente hombres y mujeres de cualquier clase social; estaba hecho de lana, lino e incluso seda forrada con piel de conejo. Dentro de las casas podía usarse como prenda única y de ahí viene la expresión “andar en pellote”, en “pelotas” o “a pelo”, ya que al desnudo total se le denomina “ir en cueros” o “en carnes”. A partir del siglo XIX, en España y Sudamérica, deja de relacionarse la voz “pelota”con su primitivo significado de piel y comienza a registrarse la locución “en pelotas”, lo que,por estar asociado con los testículos, en sentido estricto, debería ser aplicable solo al desnudo integral masculino.
La pénula era una especie de capote redondo y sin mangas, con o sin capucha, usado en la antigua Roma, que se vestía por la cabeza y era utilizado especialmente para viajes ya que su principal aplicación era proteger de la lluvia.
En la cabeza el hombre llevaba cofia, mientras que la mujer soltera llevaba el pelo suelto y la casada, por influencia musulmana, un bonete que sujetaba las cintas del barboquejo ó griñón que consistía en un velo que pasaban alrededor de la barbilla para ceñir completamente el rostro ocultando el pelo.
(bonete, rodete y barboquejo)
Nota: Resultaría abrumador citar a todos los autores cuyas ideas he utilizado aquí . Mi reconocimiento a todos ellos.