Antonio Jesús Bellón Alcántara. Doctor y Académico Correspondiente de Medicina.
Antonio Jesús Bellón Crespo. Doctor en Derecho y Máster en Seguridad.
(Este artículo constituye un compendio del trabajo homónimo publicado en la revista ‘Ciencia Policial’ número 168 correspondiente a septiembre-octubre 2021 y escrito por los mismos autores).
En la alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 11 de marzo de 2020, lanzó la siguiente advertencia: “Esto no es solo una crisis de salud pública, es una crisis que afectará a todos los sectores y por esa razón todos los sectores y todas las personas deben tomar parte en la lucha”.
Tras dos años de pandemia, esta predicción del Director General de la OMS es ya una realidad incontrovertible. Las repercusiones que está teniendo la COVID-19 son de enorme calado y tan numerosas que cualquier intento de realizar una clasificación exhaustiva sería fútil. Por ello, analizaremos seguidamente aquellas repercusiones que suponen un mayor impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos.
1.-Repercusiones sanitarias. Según la Universidad Johns Hopkins, la COVID-19ha provocado ya más de 5,3 millones de fallecidos y más de 278 millones de personas infectadas en todo el mundo. En 2020 se produjo el temido colapso sanitario en diversos países del mundo; muy pocos países lograron evitar que sus sistemas sanitarios no se vieran sobrepasados debido a escasez de infraestructuras, personal o medios para hacer frente al “tsunami epidemiológico”. También se produjeron colapsos en servicios funerarios y cementerios, recurriéndose a entierros en fosas comunes, como en Nueva York, Brasil o Irán. En China, las autoridades prohibieron los entierros y ordenaron que los cadáveres de las víctimas del coronavirus fueran incinerados inmediatamente. En las calles de Guayaquil (Ecuador), cientos de cadáveres se acumulaban sobre el asfalto.
En cuanto a la salud mental, la actual pandemia está provocando ansiedad y depresión en muchas personas previamente sanas, debido a una constelación de factores como miedo a morir, a perder el empleo, a la soledad, a las posibles secuelas de la enfermedad, a perder a un ser querido, etc.
Suicidios. En Japón, uno de los pocos países del mundo que comunica regularmente el número de suicidios, en comparación con octubre de 2019 las muertes de mujeres por suicidio aumentaron un 83%, mientras que en el caso de los hombres se incrementaron un 22%.
Secuelas de la Covid-19. Algunos pacientes que han sido infectados con SARS-COV-2 tienen síntomas y signos clínicos que persisten más allá de las cuatro semanas o pueden reaparecer después de la recuperación inicial. Es la llamada COVID prolongada. Se han documentado efectos multiorgánicos de COVID-19 en la mayoría, si no en todos, los sistemas corporales, incluidos el cardiovascular, pulmonar, renal, dermatológico, neurológico y psiquiátrico.
2.-Repercusiones socioeconómicas.- Como consecuencia de la globalización y la interdependencia mundial que conlleva, la COVID-19 ha provocado un impacto socioeconómico mundial, derivado tanto de los efectos directos de la propia pandemia sobre la salud de los ciudadanos, como de los esfuerzos de los gobiernos por controlar su expansión, con los confinamientos obligatorios, cierres de bares, restaurantes, cines, teatros, estadios de fútbol, etc. Esta crisis está provocando la mayor recesión mundial de la historia. En la figura 1 puede observarse las cifras del PIB de diferentes países al cierre de 2020.

China fue la única economía en el mundo que logró reportar un crecimiento durante 2020, mientras que España se desplomó un 11%.
3.-Repercusiones alimentarias.-Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), 820 millones de personas en el mundo padecían hambre crónica antes del inicio de la COVID-19. La COVID-19 podría provocar la duplicación del número de individuos que padecen hambre agudaen el mundo, lo que supone unos 265 millones de personas. La posibilidad de que se desencadene una crisis alimentaria generalizada dependerá de la extensión y duración de la pandemia, que podría afectar las cadenas de producción y distribución de alimentos a escala global. Se estima que la COVID-19 ha aumentado drásticamente el número de personas que se enfrentan a inseguridad alimentaria aguda en 2020-2021. En abril de 2021, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que 296 millones de personas en los 35 países donde trabaja, carecen de alimentos suficientes, 111 millones más que en abril de 2020.
4.-Repercusiones medioambientales.-La COVID-19 ha impactado favorablemente en el medio ambiente; la severa disminución de la movilidad ha provocado un efecto beneficioso en la calidad del aire de muchas regiones del mundo, como China, India y norte de Italia. Debido a la drástica reducción de las diversas actividades, se ha producido una muy significativa disminución de dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire. En comparación con marzo de 2019, las observaciones del satélite europeo Sentinel-5P, encargado de monitorizar la contaminación atmosférica, mostraron un acusado descenso en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en grandes ciudades europeas, como Madrid, Barcelona, París y Milán.
El término pandemia se queda “corto” para describir la situación mundial en la actualidad. Botriopandemia es mucho más explícito, e indica una situación de pandemia con numerosas consecuencias “en racimo”.
5.-Repercusiones educacionales.-Debido a las medidas adoptadas por los respectivos gobiernos para tratar de evitar la propagación de la COVID-19, los sistemas educativos de todos los países se han visto afectados en mayor o menor medida según sus propias capacidades de adaptación. Según la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), a principios de mayo de 2020, aproximadamente 1.287 millones de estudiantes, un 90% del total mundial, estaban afectados debido al cierre de instituciones educativas, 182 países continuaban la interrupción total de los servicios de educación y 8 lo hacían parcialmente de modo local en distintas jurisdicciones. El cierre de escuelas debido a la pandemia ha puesto de manifiesto diversos problemas directamente relacionados con la educación, como las dificultades para acceder a Internet, el aprendizaje digital y la atención a los jóvenes con alguna discapacidad. La COVID-19 puede hacer aún más profunda la crisis de aprendizaje global e incrementar el número de estudiantes afectados por <<pobreza educativa>>; más del 50% de los niños de países de ingresos medios o bajos se encuentran en esta situación.
6.-Repercusiones sobre el turismo.- Debido a la COVID-19, el turismo se paralizó a mediados de marzo de 2020; desde enero hasta abril, las llegadas de turistas disminuyeron un 56% y, en mayo, habían descendido hasta el 98%. Este hecho provocó la pérdida de casi 320.000 millones de dólares en exportaciones procedentes del turismo, lo cual supone más del triple de lo que se perdió durante toda la crisis económica mundial de 2009. Teniendo en cuenta que alrededor del 80% de las empresas turísticas son pymes, la situación es especialmente crítica.
En la actualidad, la humanidad padece una pandemia de larga duración provocada por un virus desconocido hasta hace dos años y que está teniendo gravísimas consecuencias por su alta morbimortalidad, afectando al moderno estado social y democrático de derecho y con repercusiones sanitarias, socioeconómicas, alimentarias, medioambientales, educacionales, etc. Pese a guardar similitudes con otras pandemias anteriores, presenta unas peculiaridades que elevan al máximo exponente las repercusiones para la actual forma de vida en sociedad establecida por los seres humanos. Si establecemos una comparación con la pandemia del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH, SIDA), se puede observar que, pese a que su diagnóstico en la década de los años ochenta del pasado siglo suponía una sentencia de muerte por su letalidad, sus efectos no trascendieron más allá del plano individual, con escasa incidencia adversa en el desarrollo de la sociedad. Por el contrario, la COVID 19 en el ámbito individual genera enfermos con muchas más probabilidades de curación que los pacientes de SIDA en los años ochenta, pero despliega todos sus efectos nocivos en el plano social, con unas consecuencias devastadoras.
Es evidente que el término pandemia (del griego pan, todo, y demos, pueblo), se queda “corto” para describir la situación mundial en la actualidad. El término botriopandemia (del griego botris, racimo, y pandemia) es mucho más explícito, e indica una situación de pandemia con numerosas consecuencias “en racimo”. En el Diccionario de la Lengua Española (DRAE), no aparece ningún vocablo con el prefijo botrio. Sin embargo, el Diccionario terminológico de Ciencias Médicas SALVAT incluye varios términos médicos con el prefijo botrio, tales como Botrioideo (semejante a un racimo de uvas), Botriomicoma, Botriomicosis y Botrioterapia (cura de uvas). En resumen, proponemos la utilización del neologismo botriopandemiapara designar una epidemia a nivel mundial con numerosas repercusiones “en racimo” (Figura 2).
