Antonio Ares Camerino
Doctor en Medicina Especialista en Medicina del Trabajo y Medicina Familiar y Comunitaria
El autor investiga en el siguiente artículo* sobre la historia del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz desde su fundación en 1858 hasta el final del siglo XIX y recopila datos de los médicos de la Facultad de Medicina que durante ese periodo pertenecieron a dicha institución cultural, así como de sus aportaciones y colaboraciones a dicha entidad.
La segunda mitad del siglo XIX transcurría igual de convulsa que la primera. Algunas noticias prometían hacer la vida más llevadera para la ciudadanía decimonónica, cansada de guerras y deseosa de algo de felicidad. En agosto de 1858 se realizaron las primeras comunicaciones por cable submarino entre Europa y América. Cyrus West Field, empresario y financiero estadounidense, había creado para ello la empresa The Atlantic Telegraph Company.
El buque USS Niágara había partido de la costa este de EEUU y el HMS Agamenón lo había hecho desde la costa oeste de Irlanda. Lograron encontrarse en medio del océano Atlántico y conectar las miles de toneladas de cables que transportaban (Zweig, 2012). El mismo mes, el Big Ben empezaba a marcar las horas de los londinenses. La emblemática torre del lado noroeste del Palacio de Westminster albergaba la gran campana del enorme reloj de la sede del Parlamento del Reino Unido. Por esas fechas, la reina Isabel II llegaba a Alicante desde Madrid, así quedaba inaugurada oficialmente la línea ferroviaria Madrid-Alicante. La capital del reino se conectaba con su mar más cercano.
El domingo 22 de agosto se inauguraba el Ateneo de Cádiz, periódico semanal donde se daba cuenta de los primeros pasos de esta entidad cultural y que con el título de Ateneo de Cádiz, Científico, Artístico y Literario empezó a publicarse los domingos. A la usanza de la época, lo hacía en gran formato: con cuatro páginas y a dos columnas. Su precio a de un real y se imprimía en la Imprenta de la Paz (los números 1 al 3) a cargo de Manuel M. de Luque, en la calle Oleo, n.º 37 (actual calle Cervantes, entre la calle de la Torre y la plaza del Mentidero) (Ariza Astorga, 2012; Castro, 1857). En la Guía Oficial de Cádiz de 1867 se ubicaba en la calle Bendición de Dios, n.º 4, y Enrique de las Marinas, n.º 31. En la de 1871, dicho establecimiento pasa a estar a cargo de José María Velasco. En 1885 pasa a manos de Faustino Díaz y Sánchez, y se ubica en la calle Flamencos, n.º 6 (Guía de Cádiz y su departamento…, 1853). La dirección de la publicación periódica correspondía al presidente de la institución, Miguel Ayllón Altolaguirre, y la administración, a Pedro Rodríguez Macías. Desde el número 4 hasta el 64, el último, editado en octubre de 1860, se imprimió en la Imprenta, Librería y Litografía de la Revista Médica, a cargo de Juan B. de Gaona, ubicada en la plaza de la Constitución, n.º 15, para después pasar a la calle de la Torre esquina calle Jardinillo. En 1867 se instala en la calle La Bomba y Navas, n.º 13, y pasa a cargo de Federico Joly y Velasco (López Romero, 1996-1997).
En Constantinopla se fundaron muchos ateneos durante el Imperio Griego, los cuales se extendieron por el Occidente estableciéndose en Francia, España, Italia, etc. Miguel Ángel y Benvenuto Cellini se formaron en el de Florencia, fundado por Lorenzo de Médicis. Las bellas artes se cultivaron en esa clase de institutos, que iban perdiendo el carácter puramente científico de su origen primitivo, y que al ser resucitados modernamente han querido conservarles en algunos países. (Revista Ateneo de Cádiz, núm. 2, 29-8-1858)
El primer Ateneo de la Edad Moderna fue fundado en París en el año 1785 por Palâtre de Rozier. En 1835 nació el Ateneo de Madrid, surgido de la reunión científica y literaria de la Sociedad Económica Matritense.
*Artículo publicado en ‘Cuadernos de Investigación de Fondos del Archivo UCA’ Núm. 4, año 2022, pp. 1-33.
REFERENCIA:
https://revistas.uca.es/index.php/cifa
http://doi.org/10.25267/Cuad_investig_fondos_arch_UCA.2022.i4.01