Armando Pordomingo Zabala
Comenzamos este fín de semana el sábado 5 de octubre con un día soleado y buena temperatura. La visita empezó en la Necrópolis Romana de Carmona, donde Julio, nuestro historiador y guía, nos esperaba. El primer paso fue subir a la terraza del museo de la Necrópolis desde donde pudimos disfrutar de las espectaculares vistas de la ciudad y los alrededores. Julio nos comentó los inicios de las excavaciones en el siglo XIX con la participación de la sociedad arqueológica de Carmona y el aventurero inglés George Bonsor. Entre pinos fuimos visitando el complejo hasta llegar a la tumba más grande y famosa, la de Servilia, hija de Lucio Servilio, Prefecto de la ciudad en la que pudimos ver restos de un fresco con figuras humanas algo inusual y prácticamente único en Europa. Para terminar el recorrido visitamos la tumba del elefante, así como el primer anfiteatro excavado en la roca construido en la Hispania romana.
Una vez acabada la visita, partimos a visitar el casco histórico entrando por la llamada puerta de Sevilla, parte de un recinto defensivo (Alcázar de Abajo) en el que pudimos apreciar todas las capas constructivas de aquellos por los que allí pasaron: romanos, visigodos, almohadas y cristianos. Desde allí por unas limpias y ordenadas calles llegamos a la Iglesia Prioral de Santa María de la Asunción, de estilo tardo gótico andaluz, la cual conserva un antiguo patio de naranjos y, como curiosidad, en una de sus columnas presenta una inscripción visigótica donde se detallan las fechas de las fiestas religiosas. Ya en el interior destacan azulejos del siglo XVI y en la cabecera de la nave izquierda un templete donde se venera la imagen de la Virgen de Gracia, patrona de Carmona, y en otro retablo la imagen de San Teodomiro, el patrón. A destacar también la capilla de la familia Quintanilla, grandes benefactores de múltiples obras y construcciones en esta ciudad. Continuamos con el paseo ahora ya cuesta arriba y llegamos al llamado Alcázar de Arriba o Palacio de Pedro I, reconstrucción de una antigua fortaleza donde recobramos fuerza con una magnífica comida y al terminar, de nuevo a la visita.
Nos dirigimos a la Casa Palacio del Marqués de las Torres, construida en 1755 y perteneciente a la familia Quintanilla, que presenta la curiosidad de tener el pórtico desplazado por su proximidad a la Iglesia Prioral. En la actualidad ahí se encuentra el Museo de la ciudad. Continuando el recorrido, arribamos al convento de Santa Clara cuya Iglesia y claustro son de estilo mudéjar. En la primera hay un bello retablo de Felipe Rivas y una sala capitular con cubierta morisca destacable. No podíamos irnos sin hacer acopio de dulces del convento entre los que destaca la torta inglesa en honor a George Bonsor.
El último tramo lo dedicamos al convento Madre de Dios, donde admiramos su Iglesia y retablo. Con todas estas imágenes en nuestra retina llegamos al tercer alcázar, el de la Reina, ahora convertido en hotel, donde pasaríamos la noche, ahora sí, con todas las comodidades actuales.
Ya domingo 6 de octubre ¡Cómo no! Despertar prontito y prepararse para una nueva e interesante jornada. Desayuno y salida dirección a Osuna, villa en la que se aprecia sobremanera la presencia de los Duques de Osuna por su influencia en los más significativos monumentos. Comenzamos directamente por la Colegiata, impresionante construcción promovida por el Duque de Ureña, situada en una colina en la parte más alta de la localidad. En esta visita nos sirve de guía Beatriz, perteneciente al personal de la colegiata, eficaz, concisa y clara en todas sus explicaciones, descubriéndonos todos los tesoros de su interior. Se trata de tres iglesias que están superpuestas. En la primera están los tesoros de los Duques de Osuna, la que se encuentra por debajo está considerada una catedral en miniatura incluso con su coro y la última el panteón de la familia Osuna. Nuestro grupo tuvo la oportunidad de visitar la exposición de Nápoles en Osuna, con obras de José Ribera. De allí pasamos a la Universidad de la Purísima Concepción, también auspiciada por los Duques de Osuna y en la actualidad adscrita a la Universidad de Sevilla y que cuenta con notables pinturas del siglo XVI. Desde aquí y por una empinada cuesta llegamos al Convento de la Concepción, en la actualidad regentado por monjas Mercedarias y en cuyo interior se encuentra el museo de Artes Religiosas de Osuna, cuya visita es guiada por una religiosa del convento, destacando una colección de Niños Jesús y un patio con azulejos del XVI representando escenas de los cinco sentidos, también aquí y para terminar endulzando la visita nos ofrecen dulces entre los que destacan los bizcochos marroquíes. Para terminar la visita matinal nos dirigimos a la Torre del Agua del siglo XII donde se encuentra el museo arqueológico municipal y donde encontramos piezas de notable valor.
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Visita al Museo Arqueológico, por José María Gallardo
En sí, el edificio es una antigüedad del siglo XII, antigua torre de vigilancia almohade que aloja un museo pequeño pero muy bien estructurado. En sus vitrinas aparecían desde piezas de los turdetanos y primeros pobladores ibéricos, hasta una vieja vasija de cerveza alemana del siglo XVII, pasando por época la fenicia y, sobre todo, por la romana. Nos guió Javier, guía local entusiasta y muy didáctico y al que le gustaban las preguntas (buena señal). Vimos una magnífica colección de vidrios de época romana, una interesante colección de material médico quirúrgico de época romana, ladrillos visigodos de los siglos V a VII, exvotos a dioses y una curiosa colección numismática de varias épocas y distintas culturas, réplicas de originales encontradas en Urso [Osuna]. También, réplica de la ley de la colonia Genetiua Julia [antigua Urso], cuyo original se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid, así como del toro íbero de Osuna, también depositado en Madrid.
En resumen visita muy didáctica e interesante. Con la lógica premura por el horario repusimos fuerzas en el hotel Palacio Marqués de la Gomera, tras el lógico desgaste físico de la subida a la explanada de la colegiata. Es la primera vez que Lola y yo viajamos con el grupo del Colegio Médico y queremos dar las gracias a nuestros guías [ Marta y Julio], comprometidos y profesionales; a Carmen, encantadora y pendiente de que todo resultara satisfactorio; al grupo de compañeros que conocía y al que hemos contactado nuevamente después de décadas; a los nuevos compañeros, muy agradables y, en fin, queremos deciros que fuimos a probar con un viaje cortito a ver qué tal, y nuestras expectativas han sido superadas ampliamente. Por supuesto, nos gustaría repetir y vernos pronto. Muchas gracias a todos y dejo continuar Armando como cronista del viaje a Carmona y resto de Osuna.
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De allí al Palacio de los Marqueses de La Gomera, en la actualidad transformado en hotel -restaurante y situado en la calle San Pedro, declarada por la Unesco como una de las más bonitas de Europa por sus notables construcciones. Allí degustamos la comida para reponer fuerzas y tuvimos la oportunidad de cambiar opiniones y tener una amigable charla. Una vez finalizada, a dar los últimos toques a la visita en la plaza de toros, terminada de construir en 1904 y que ha tomado digna relevancia, además de por su historia por haber sido escenario de la serie Juego de Tronos.
Una vez de vuelta al autobús admiramos el Palacio de Govares, el Convento de Santa Catalina y la Casona del Marques del Puerto.
En resumen, un magnífico fin de semana tanto por la camaradería, sorpresas artísticas y la atención recibida.