Día Mundial de los Cuidados Paliativos. Segundo sábado de Octubre
Antonio Ares Camerino
“Hacía unos meses que aquella casa ya no era lo que fue. Poco a poco se había transformado en un pequeño hospital de barriada. De un salón coqueto con paredes repletas de fotos de bodas y comuniones había pasado a algo más parecido a la trastienda de una ortopedia de pueblo. Silla de rueda, andador, muletas, paquetes de pañales de talla grande super noche, entremetidas y salva camas, cajas de batidos hiperprotéicos y un largo listado de cachivaches y productos de dermofarmacia de aquella persona que no era dueña de su vida.
La doctora Luisa y el enfermero Julián ya eran miembros de la corta familia. Algún que otro café y bizcocho habían compartido con los hijos de Fernando, al que visitaban cada semana desde su Servicio de Cuidados Paliativos. La mesa de camilla de la salita se había convertido en el mostrador donde se preparaban los cócteles analgésicos. El pomo del mueble aparador hacía las veces de palo de gotero. Después de décadas se había recuperado la tradición de la escupidera, como elemento disuasorio de las pérdidas de la sonda vesical. Todo tenía un cierto tono siniestro, sobre todo cuando la visita era en turno de tarde a las puertas del invierno. Pero, a pesar de todo, en aquella casa se respiraba la tranquilidad del saber que la persona paciente está en las mejores manos”.
La Organización Mundial de la Salud ha decretado que los Cuidados Paliativos son un derecho esencial de toda persona, y que deben ser de prioridad en la organización y la cartera de servicios de los Sistemas de Salud.
Cada segundo sábado de octubre se celebra el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, destinado a concienciar a la población y a los gobiernos de la importancia de esta espacialidad, poco difundida en el mundo que busca ayudar, apoyar y mejorar la situación de los pacientes terminales. El cuidado paliativo tiene el objeto de mejorar la calidad de vida de los pacientes (de cualquier edad) y sus familias cuando están enfrentando situaciones de riesgo de vida. El cuidado paliativo es la prevención y el alivio del sufrimiento a través de la detección temprana y correcta avaluación, el tratamiento del dolor y otros problemas que pueden ser físicos, psicológicos o espirituales.
Hoy en día, más de 40 millones de personas del todo el mundo necesita de cuidados paliativos cada año, debido el envejecimiento y el aumento de las enfermedades no transmisibles. Por lo tanto, hay un aumento de la necesidad de cuidados paliativos pero todavía teniendo que enfrentar desafíos como la falta de conocimiento, de regulación, de formación adecuada para los profesionales de salud, de integración en los sistemas de salud, y cambio de las prácticas ya establecidas.
Hay una grande necesidad de la inclusión de los cuidados paliativos en el cuidado continuo, especialmente en la salud primaria, cuando se reconoce que la inadecuada integración de estos cuidados en los sistemas sociales y de salud es el mayor factor que contribuye para la falta de acceso equitativo al cuidado paliativo.
El lema elegido para este año 2022 es “SANANDO CORAZONES Y COMUNIDADES”.
El objetivo de los Cuidados Paliativos consiste en procurar el reajuste de la persona paciente y de su familia a una nueva realidad para lograr el mejor afrontamiento posible con la enfermedad terminal. Para ello es fundamental contar con un Sistema Sanitario universal, accesible y gratuito que ofrezca los recursos necesarios, tanto humanos como materiales, para conseguir que el último trance de vida sea sólo un paso sencillo al silencio eterno. Para ello se precisa de tener las herramientas para el control del dolor y de todos los síntomas que puedan aparecer, tanto al paciente doliente como a la familia dolorida. Una buena y empática comunicación adaptada a las demandas y las necesidades de saber del paciente y la familia, un apoyo psicosocial que dé luz y no sombras, y un trabajo en equipo que sólo tenga como meta acompañar y consolar, y que brinde sus conocimientos para mitigar el sufrimiento de la persona paciente.
Considerar que la muerte es el reverso de la moneda de la vida, que nadie tiene derecho a imponer la obligación de vivir a aquella persona que considera que su sufrimiento es insufrible, debe ser el norte de aquellos profesionales de la salud que brindar su saber para hacer que el trance final sea llevadero y dulce. La proporcionalidad del saber y los medios terapéuticos deben ir a la par del deseo de aquella persona que vive la última luz con los ojos abiertos.
La placidez de las miradas de los seres queridos, los cuidados expertos de los profesionales que dedican su trabajo a los Cuidados Paliativos, el confort del hogar y el calor de esa cama donde soñó, durmió, descansó e incluso amó, deben ser el atrezo de esas atenciones que llevan hasta el final a la persona que sufre.
“La muerte la tenemos asegurada. Aseguremos que el trance se lo más llevadero posible”
BIBLIOGRAFÍA