Antonio Ares Camerino
“Una de las costumbres más enraizadas en las grandes culturas precolombinas de México (Aztecas y Mayas) era la de celebrar con una fiesta muy ostentosa en la que participaba todo el pueblo el momento en el que los jóvenes, de ambos sexos, cumplían los 15 años. Esos ritos indicaban la entrada en la vida adulta. Los adolescentes salían de la familia e iban a la Telpochcalli, centro en el que se educaba a los jóvenes del pueblo para servir a su comunidad y para la guerra. A diferencia de los jóvenes nobles que se instruían en el Calmecac. Con la llegada de los españoles esa fiesta pasó a tener unas connotaciones religiosas de carácter meramente católico”.
Esa puesta de largo ha dejado de tener relevancia en la sociedad actual. Sólo algunas familias trasnochadas, y casi siempre pudientes, mantienen algo similar cuando se refieren a la presentación en sociedad de sus hijas adolescentes.
Pero está claro que cumplir quince años sigue considerándose el momento clave en el que se inicia el tránsito hacia la madurez. Lo mismo pasa con instituciones, celebraciones o eventos. Llegar a los quince años les da un plus de continuidad que no está al alcance de todos.
En estos días se cumplen 15 años desde que, por iniciativa de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Puerta del Mar, se vienen celebrando actos para conmemorar el Día Mundial del Cáncer de Mama.
En España se diagnosticaron alrededor de 34.740 nuevos casos de cáncer de mama en el año 2022. Sigue siendo el tipo de tumor más frecuente en mujeres. Nada tienen que ver los tumores de mama diagnosticados hace 15 años con los de ahora. El diagnóstico precoz, la cirugía mínimamente invasiva, la tipificación genética tumoral que propone terapias personalizadas, los nuevos tratamientos radioterápicos, quimioterápicos y hormonales y las avanzadas técnicas de reconstrucción que alivian el sentimiento de mutilación de las mujeres, han tenido tales avances que con solo ganar tiempo se puede ganar mejor pronóstico.
Y en el centro del todo, las pacientes, las que padecen y luchan con unas ganas a prueba de bombas y las que convierten el no rendirse en la meta de sus vidas. Y sus familias, que con tesón hacen de tripas corazón para no manifestar su rebeldía ante el maldito destino.
Las Asociaciones de Pacientes han adquirido tanta fuerza y protagonismo que ya no se entiende un tratamiento integral del cáncer de mama sin ellas.
En 15 años en estas conmemoraciones se ha hecho de todo, desde alegres concursos a talleres de pañuelos, desde actuaciones chirigoteras hasta corales de postín, desde conferencias del más alto nivel hasta testimonios de lucha sin fin. Y todo aderezado por profesionales que han dado lo mejor de sí y un poco más.
Y un especial recuerdo para las personas que se han quedado en el camino, aquellas que lo intentaron hasta desfallecer y cuyos esfuerzos han servido para allanar en camino de las que están aquí.
Está demostrado que la unión hace la fuerza, y esa es la que colma a raudales el movimiento asociativo en nuestra ciudad.
Este año la conmemoración de este Día Mundial del Cáncer de Mama se centra en el movimiento asociativo generado alrededor de la enfermedad, y que sirve de apoyo a las pacientes y a sus familias, y sin el que sería imposible conseguir los retos que están por venir. Las Asociaciones de Pacientes han adquirido tanta fuerza y protagonismo que ya no se entiende un tratamiento integral del cáncer de mama sin ellas.
Por su implicación, por sus recursos de apoyo, por sus alternativas de consuelo, por sus reivindicaciones, por estar alerta de todo lo que acontece alrededor de la enfermedad.
Gracias a la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CÁNCER, a AGAMAMA, a MÁS METAS y a VALIENTES Y GUERRERAS, sin ellas no sería de color rosa.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.facebook.com/people/Asociaci%C3%B3n-Valientes-Y-Guerreras/100079314554176/