- El Colegio de Médicos de Cádiz fue de las primeras instituciones en promover la concesión de este galardón a la profesión médica
El Colegio de Médicos de Cádiz (COMCADIZ) manifiesta su satisfacción por la concesión del Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2020 a los sanitarios españoles que trabajan en primera línea contra la COVID-19, que el jurado ha hecho público este miércoles.
El COMCADIZ no solo se congratula por este merecido galardón sino que se siente íntimamente partícipe al haber sido una de las primeras instituciones en alentar y proponer para este Premio a la profesión médica y su ejemplar actuación en este pandemia.
Desde el Colegio de Médicos de Cádiz se valora este premio por lo que supone de estímulo para la profesión médica, de recuerdo y emocionado reconocimiento a los profesionales afectados y fallecidos y a su vez como expreso homenaje que se une al aplauso sostenido de la ciudadanía a quienes con un alto coste personal cuidan ahora y siempre de nuestra salud.
- Premio a la “profesionalidad y el compromiso”
Al dar a conocer la concesión, la Fundación Princesa de Asturias ha destacado que “los profesionales sanitarios españoles en contacto directo con los pacientes afectados por la COVID-19 conforman la primera línea en la lucha contra esta enfermedad en nuestro país y han demostrado, desde que empezó esta emergencia sanitaria, un encomiable nivel de profesionalidad y compromiso”. La Fundación hace hincapié en la alta exposición de los profesionales sanitarios en lucha contra la COVID-19 y a su “entrega incondicional, haciendo frente a largas jornadas de trabajo sin contar, en ocasiones, con el equipamiento y los medios materiales adecuados, según quejas de organizaciones profesionales y sindicales del sector”, lo que “representa un ejercicio de vocación de servicio y de ejemplaridad ciudadana”.
“Una labor de profunda humanidad más allá de sus obligaciones”
El esfuerzo de los sanitarios españoles, públicos y privados, contra la COVID-19 -se expresa desde la Fundación- “ha permitido atender un número de casos de pacientes infectados y víctimas mortales muy elevado, realizando incluso, más allá de sus obligaciones, una labor de profunda humanidad al acompañar a enfermos ingresados y a personas cuyos familiares no podían estar presentes en sus últimas horas de vida”.
“Esa responsabilidad – resalta la Fundación- ha puesto en riesgo su propia salud personal, hasta el punto de ser el colectivo más afectado por la pandemia alcanzando los más de 50 000 infectados y más de 60 fallecidos en nuestro país, uno de los que con más virulencia ha sufrido su impacto, con 239.479 pacientes diagnosticados a 1 de junio”.