Antonio Ares Camerino
“La llamada al 112 la realizó su vecino del rellano. Desde hacía más de un año se había recluido en su casa, no es que se hubiese negado a salir, es que simplemente no podía. Su obesidad mórbida se lo impedía. En el barrio todos sabían de su problema, pero no le habían echado en falta. Vivía solo, y hacía tres meses que ya no se movía de la cama. Había solicitado ayuda a los Servicios Sociales municipales, pero había una larga lista de espera, por eso tenía que conformase con la ayuda de su vecino. Éste le ayudaba como podía con las tareas domésticas, hasta que la situación se volvió insostenible. Cuando llegó el personal sanitario de los Servicios de Emergencias se encontró con un varón, de apenas treinta años, postrado en la cama de la que sobresalían sus carnes fofas. El estado de salubridad de la habitación y el de higiene del paciente dejaban mucho que desear. Sus constantes vitales eran normales, pero estaba claro que precisaba ayuda, y con carácter urgente. Había que trasladarlo a un centro sanitario. Hubo que llamar a los bomberos para poder evacuarlo con seguridad. Pasados unos meses desde su ingreso parecía otra persona. Había perdido el cincuenta por ciento de su peso y se podía mover con cierta facilidad”.
Hace diez años la Federación Mundial de la Obesidad estableció el 4 de marzo como Día Mundial de la Obesidad, con el objetivo de generar conciencia y de promover soluciones efectivas ante esta epidemia que, más que una amenaza en ciernes, es una realidad que se ha convertido en un verdadero problema de salud pública a escala mundial. En su origen no debemos pensar en buscar soluciones que pasen sólo por las decisiones individuales de las personas afectadas. Las causas hay que buscarlas considerando factores sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales. Las soluciones pasarían por poner el foco en los sistemas de salud, alimentarios, educativos, aspectos laborales y políticas gubernamentales y medios de comunicación.
La obesidad es una enfermedad compleja, crónica y multifactorial, siendo el factor de riesgo más importante para otras enfermedades no transmisibles, de más prevalencia y causas de mortalidad prevenible. La obesidad está detrás de la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, algunos tipos de cáncer, trastornos musculoesqueléticos e incluso problemas de salud mental. Cada vez más es un problema de incapacidad funcional y de estigmatización.
Según la OMS los datos sobre la obesidad a nivel mundial son alarmantes.
- Una de cada ocho personas es obesa.
- La obesidad se ha duplicado en la población adulta, y se ha cuadriplicado en adolescentes desde el año 1990.
- El 43% de los adultos tiene sobre peso y el 16% son obesos.
- 37 millones de niños y niñas menores de 5 años tienen problemas de sobrepeso o son obesos. (Estudios recientes constatan que el 70% de las personas obesas adultas fraguaron su enfermedad en la infancia).
- La obesidad se ha convertido en una enfermedad crónica que afecta a 800 millones de personas, con las previsiones de que en el año 2035 afecte a 1.900 millones de personas.
Las soluciones pasarían por poner el foco en los sistemas de salud, alimentarios, educativos, aspectos laborales y políticas gubernamentales y medios de comunicación
A nivel mundial los países más obesos se concentran en las poblaciones del Sur del Pacífico, con tasas de obesidad que superan al 69% de la población. Cabe destacar que EEUU se sitúa como el país más obeso de las grandes economías mundiales, con un 41,64% de su población, lo que supone 77 millones de personas. En nuestro país, por CCAA, Andalucía se encuentra a la cabeza, tanto en hombres (19,7%) como mujeres (19,8%), con una media nacional del 16% en hombres y del 15,5% en mujeres. El informe ALADINO 2024, promovido por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, constata que el 40,6% de la población infantil de entre 6 y 9 años tiene exceso de peso, con un 23,3% de sobrepeso y un 17,3% de obesidad. También destaca que el principal grupo de riesgo es el de las niñas entre 10 y 15 años, y que en las familias con menos recursos económicos es donde las tasas de obesidad infantil son más elevadas.
El lema de la conmemoración de este año es “Pongamos el foco en los sistemas, no en las personas, que necesitan cambiar”.
Es importante consensuar determinadas pautas a la hora de tratar al paciente con problemas de sobrepeso y obesidad.
- Nunca infravalorar la importancia de la dieta como parte del tratamiento
- No decir al paciente que puede comer de todo
- No solo centrase en la dieta sino en el cambio de hábitos
- No culpabilizar al paciente si no logra los objetivos previstos, es mejor premiar el esfuerzo
- No reducir la palatabilidad, centrarse más en técnicas culinarias de elaboración
- No centrarse sólo en la reducción del peso y centrase más en el cambio de hábitos de alimentación y en la realización de ejercicio físico diario
En cuanto a la manera de calcular el sobrepeso y la obesidad los expertos plantean establecer nuevos sistemas. Ya no basta con el cálculo del Índice de Masa Corporal (IMC). Este sistema que relaciona el peso con la talla puede sobreestimar o subestimar la adiposidad y dar una información inadecuada a nivel individual en muchos casos. El IMC no mide la grasa corporal. Las mujeres suelen tener más grasa corporal. Igualmente, el IMC puede variar según el grupo racial o étnico. Los adultos mayores tienen un mayor porcentaje de grasa corporal. Con el mismo IMC los deportistas tienen menos grasa corporal. Una nueva fórmula es la que relaciona el perímetro abdominal y la altura, para tener el peso adecuado. La medida de la cintura no debe ser superior a la mitad de la estatura.
Recientemente la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), con la colaboración de diversas sociedades científicas médicas, ha publicado la Guía GIRO, en su segunda edición. El documento recopila información actualizada sobre el manejo de la obesidad, enfocando la atención en las necesidades que no están siendo satisfechas y planteando recomendaciones que permitan solucionarlas en la práctica clínica en nuestro país. En total, se aportan hasta 131 recomendaciones. En sus conclusiones se apuesta por mejorar la comprensión y el conocimiento de las causas de la obesidad, erradicar los prejuicios y estigmas en la sociedad, promover cambios en el estilo de vida, explorar nuevas vías de tratamiento y la financiación pública de los tratamientos farmacológicos. Para la dra. Ana Belén Crujeiras, experta en epigenética de dicha sociedad, la obesidad se explica un 30% por la genética y un 70% por los hábitos.
La obesidad es un problema de salud pública de primer orden que precisa de un abordaje multifactorial y un compromiso de los sistemas de salud, de la sociedad y de las administraciones públicas.
“Menos platos y más zapatos”
BIBLIOGRAFÍA
https://es.worldobesityday.org
https://www.semfyc.es/actualidad/dia-mundial-de-la-obesidad
https://es.statista.com/temas/10640/obesidad-y-sobrepeso-en-el-mundo
https://doi.org/10.1016/j.aprim.2024.102992. Cebrián Cuenca AM y Escalada J. Prevalencia de obesidad y diabetes en España. Evolución en los últimos 10 años. Atención Primaria. Volumen 57, Issue 3, March 2025, 102992
https://www.seedo.es/index.php/guia-giro
https://www.sanidad.gob.es/estadEstudios/sanidadDatos/tablas/tabla10.htm