Antonio Ares Camerino
El Dr. James Parkinson (1755-1824) fue un polifacético cirujano inglés que en el año 1817 escribió un ensayo sobre la “parálisis agitante” (An essay on the Shaking Palsy). Sesenta años después Jean-Martin Charcot la rebautizó como enfermedad de Parkinson, en honor a su descubridor.
A principios del siglo XX se empezaron a descubrir sus mecanismos fisiopatológicos. Friedrich Lewy y Konstantin Tretiakoff descubrieron las inclusiones citoplasmáticas y la degeneración de la sustancia negra. Décadas más tarde Arvid Carlsson demostró que el trastorno neuroquímico de la enfermedad era un déficit de Dopamina. El milagro de la Levo-Dopa llegó en los años 50.
En el año 1997 la Organización Mundial de la Salud declaró el 11 de abril como Día Mundial del Parkinson en conmemoración del nacimiento de su descubridor.
Cada año la Federación Española de Parkinson y las Asociaciones Federadas ponen en marcha campañas de sensibilización con el objetivo de dar a conocer esta enfermedad y dar visibilidad a las más de 160.000 familias que conviven con ella. Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en España. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que estas cifras se triplicarán dentro de 30 años por el aumento de la esperanza de vida y por los avances diagnósticos y terapéuticos que ha experimentado esta enfermedad.
Más de 7 millones de personas afectadas en el mundo. Una de cada cinco personas afectadas es menor de 50 años. La depresión y la ansiedad pueden ser síntomas iniciales.
Actualmente, los pacientes con Parkinson tardan una media de entre 1 y 3 años en obtener un diagnóstico correcto, por lo que la SEN estima que más del 50% de los nuevos casos que se producen cada año –alrededor de unos 10.000 nuevos casos- están actualmente sin diagnosticar. Uno de los principales factores que dificulta su diagnóstico correcto es que se tiende a asociar esta enfermedad con el temblor u otro tipo de síntomas motores como rigidez o trastornos de la marcha y del equilibrio. Si bien los problemas motores son los síntomas más característicos de esta enfermedad, éstos no siempre se manifiestan en todos los pacientes y no necesariamente son los primeros en aparecer cuando comienza a debutar la enfermedad. Y es que aproximadamente un 30-40% de los pacientes con Parkinson no presentan temblor. Por el contrario, en un 40% de los casos, la primera manifestación del Parkinson es la depresión, aunque la enfermedad también puede manifestarse en trastornos cognitivos, gastrointestinales, autonómicos, sensitivos o del sueño.
La enfermedad de Parkinson afecta y progresa en cada individuo de manera diferente. Pero mientras que la discapacidad motora y las complicaciones motoras son los factores que tienen mayor impacto en los costes directos de la enfermedad, son los síntomas no motores (depresión, demencia, psicosis, entre otros) la principal causa de morbilidad e institucionalización en los pacientes con Parkinson en España. El gasto anual de un paciente con Parkinson alcanza, de media, los 17.000 euros. Además, los costes económicos van en aumento a medida que la enfermedad progresa.
Consejos para los pacientes con Parkinson ante el COVID-19
El Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN ha emitido los siguientes consejos para los pacientes con Parkinson ante la propagación de la infección por COVID-19:
No hay evidencia de un mayor riesgo de sufrir la infección por el COVID-19 en pacientes con enfermedad de Parkinson. Tampoco hay datos de que la enfermedad en sí suponga un peor pronóstico en caso de sufrir la infección.
◾Tampoco hay evidencia de que los tratamientos utilizados para la enfermedad de Parkinson produzcan un incremento del riesgo de desarrollar la infección. Por lo que no se aconseja el abandono de estos tratamientos.
◾Tanto el paciente como el cuidador deben respetar y cumplir las normativas y recomendaciones trasmitidas por el Ministerio de Sanidad y por las Autoridades: lavado y desinfección de manos de forma frecuente; limpieza del entorno y de los objetos, evitar el contacto con enfermos de COVID-19 y no tocarse ojos, nariz ni boca con las manos sin lavar.
◾Con respecto a la asistencia a consultas de Neurología o citas programadas, se recomienda ponerse en contacto con el centro para preguntar al respecto. Se aconseja a las personas mayores o de riesgo evitar las mismas a no ser que sea estrictamente necesario.
◾En el domicilio es recomendable continuar con rutinas o actividades que se estuvieran realizando y, en la medida de lo posible, no abandonar los ejercicios y terapias complementarias que se estuvieran llevando a cabo.
◾Disponer en el domicilio siempre una nota con la información sobre el tratamiento así como la tarjeta sanitaria.
La enfermedad de Parkinson condiciona la calidad de vida de las personas que la sufren y se está convirtiendo en un problema de Salud Pública. Conocer los aspectos clínicos de la enfermedad, así como el manejo diagnóstico y estrategias terapéuticas aparecen como un reto. A pesar de que una posible curación se vislumbra lejana, el enlentecimiento de la progresión o su mayor control terapéutico con nuevos fármacos o técnicas microquirúrgicas son el objetivo para el futuro a corto plazo.
BIBLIOGRAFÍA
· www.euroespes.com/parkinson/historia
· www.news-medical.net/health/Parkinson-disease-history
· www.discapnet.es/actualidad/2020/04/diamundial-enfermedad
· Martínez Fernández R, Gasca Salas C, Sánchez Ferro A, Obeso JA. Actualización en la enfermedad de Parkinson. Rev. Med. Clin. Condes. 2016; 27(3) 363-379.