Jaime Aparicio Santos. Presidente de la Comisión de Deontológica del COMCADIZ
En todas las civilizaciones el médico ha estado revestido de un significado especial. La figura del médico ha representado siempre a alguien en quien confiar y a quien recurrir para aliviar el sufrimiento humano, ya que es la persona que acoge, consuela e intenta solucionar el problema de salud, física o mental, que preocupa a la persona en cualquier momento de su existencia.
Hay dos conceptos que está íntimamente ligados al ejercicio de la profesión. Son Ética y Deontología.
Si bien la Ética médica se preocupa de establecer las Normas adecuadas para regular la conducta, práctica y actitudes que debe tener el médico en el ejercicio de su profesión y en el uso de su ciencia y su conciencia, a fin de que las mismas se desarrollen dentro de un contexto ideal, basado en el sentido común y en principios aceptados por todos; la Deontología trata de los deberes, del conocimiento de lo que es justo y conveniente en el ejercicio de la profesión.
Por tanto, hay que diferenciar la Ética de la Deontología, aunque ambas coinciden en algunos aspectos. Tanto una como otra tienen como fundamento aspectos morales y de conciencia.
La Deontología se refiere a las Normas y Reglas que regulan el ejercicio profesional en relación con los enfermos, con la sociedad y con los compañeros de profesión. Estas Normas NO SE DISCUTEN, son de obligado cumplimiento para TODOS los médicos.
La Ética, sin embargo, puede ser discutible, ya que en ella interviene la conciencia de cada uno, la formación moral, la experiencia, el sentido de lo que está bien y de lo que está mal. Son aspectos estrictamente personales, que difieren de unos a otros. Así, pues, la Ética se propone, no se impone. Se pueden hacer Declaraciones (como la de Ginebra, la de Helsinki, las de la Asociación Médica Mundial, etc.) para que sean aceptadas; pero no se puede obligar a su observancia como si fuera una Norma.
El control y la regulación del ejercicio profesional, la Deontología Médica, su actualización y la exigencia de su cumplimiento son la mejor garantía del derecho a la protección de la salud, generando seguridad y confianza social.
Desde los Colegios de Médicos, como Corporaciones de Derecho Público y garantes ante la Sociedad del correcto ejercicio profesional, se tiene una sensibilidad especial y un grandísimo interés en que todos los médicos conozcan el Código de Deontología, porque su conocimiento les llevará a tratar al enfermo, no solo aplicando los conocimientos científicos, sino con una conducta práctica intachable que siempre buscará la excelencia. Por esto, durante las próximas semanas, desde la Comisión de Ética y Deontología de este Colegio, aprovechando este medio inestimable de comunicación, nos proponemos acercar el Código vigente (se actualizó en julio de 2011) al colegiado, para difundir aún más si cabe su contenido.Estamos seguros de que dedicando unos minutos a la lectura de los temas que se vayan tratando, la observancia de las Normas que en él se dan, aparte de evitar muchos problemas, redundará en beneficio de nuestros pacientes, que es a quienes nos debemos.