Antonio Ares Camerino
“Rebeca sólo tenía 26 años, había dejado su país de origen en busca de un futuro mejor. No intuía que le esperaba el infierno y un silencio anticipado. No constaban denuncias previas. Un asesino acabo con su vida”
Según los datos de la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género, en los diez primeros meses de este año, las mujeres asesinadas en España por sus parejas o ex parejas ascienden a 50. Con ellas, las mujeres muertas desde el uno enero de 2003, cuando se empezaron a contabilizar oficialmente, se elevan a 1.026. Por Comunidades encabeza el listado, con 12 mujeres asesinadas, Andalucía, seguida de Canarias, Cataluña y Comunidad Valenciana con 7. Sólo en 11 casos había denuncias previas contra el agresor. El grupo mayoritario de víctimas se sitúa entre los 41 y 50 años.
“Guadalupe no hizo caso a sus padres. Con quince años cumplidos decidió salir a la negra noche mejicana. Se puso sus mejores galas y el perfume que guardaba para las ocasiones. No llegó a la fiesta que había preparado con esmero con sus amigas y amigos del instituto. A los cinco días encontraron su cadáver en una colina, cerca de un vertedor. Había sido violada y torturada. Otra Cruz Rosa más en Las Lomas del Poleo. De Ciudad Juárez (México)”.
La Organización de Naciones Unidas ha alertado sobre las más de 9.000 mujeres desaparecidas en México. Según los datos del Alto Comisionado en México son asesinadas 10 mujeres cada día. La Corte Internacional de Derechos Humanos alerta de la situación en Ciudad Juárez (Estado de Chihuahua), donde se cuentan por miles las mujeres asesinadas en los últimos diez años. El primer caso documentado fue el de Alma Chavira Farel de 13 años. Desde entonces violaciones, torturas, vejaciones y mutilaciones jalonan la barbarie de un terror machista sin apelativos.
“Nala y Alika aún juegan en los alrededores del poblado con las pocas cosas que tienen a mano. Con algunos trozos de telas de colores y algo de lana su abuela materna les ha diseñado unas muñecas que son unas delicias. Ellas se llevan todo el día con su juguete en las manos. Desde hace unos días ven que algo a su alrededor es distinto. No se atreven a preguntar. Ven que su madre está triste. Una mañana las levantan y las llevan a la choz maldita. Allí una “bruja” las hará sufrir de por vida”.
Según la OMS más de doscientos millones de mujeres y niñas, vivas actualmente, han sido objeto de la mutilación genital femenina en los treinta países de África, Oriente Medio y asia donde todavía se práctica. La mayoría de los casos se practican en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los quince años. La etnia es el factor más decisivo. En siete países del África Subsahariana y Oriente Medio su prevalencia supera el 75% de la población femenina. Djibouti, Eritrea, Gambia, Mali, Somalia, Liberia y Yemen jalonan esta práctica bárbara. En la mayoría de las comunidades esta mutilación genital es practicada por las mismas manos que atiende a los partos. En ocasiones son las propias proveedoras de asistencia sanitaria las que la practican, bajo la creencia errónea de que es un procedimiento cultural y tradicional, que no viola los derechos a la salud, la seguridad y la integridad f´ñisica de las mujeres y, lo que es peor aún, de las niñas.
“Ruth tenía seis años, José acababa de cumplir ocho. Aquel día su padre, José Bretón, acudió a recogerlos como cada dos semanas. Les había prometido una tarde festiva. Irían al parque y comprarían golosinas. A sus vidas inocentes nada les hacía presagiar que su propio padre los llevaría al infierno”
Según los últimos datos aportados por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a través del Programa VioGEN, el sistema de seguimiento de las víctimas de violencia de género, ya se identifica el peligro al que están sometidos los hijos de mujeres que denuncian por violencia machista. En apenas las dos últimas semanas se han detectado 81 casos de niños en situación de riesgo grave.
“Las fiestas del pueblo seguían a su ritmo. Con algunas casetas más, todos disfrutaban de esos días en los que lucían sus mejores atuendos. Las amigas de la pandilla salieron todas juntas. Ya de noche una de ellas se apartó del grupo. Iba algo bebida y dijo que se iba para su casa. En el camino un grupo malvado se le acercó. Ya no recuerda nada, sólo que unas horas después tenía la ropa rota y estaba tirada en un portal”.
Los delitos sexuales son los únicos que suben el primer semestre del año 2019. Así consta en las estadísticas publicadas por el Ministerio del Interior, los delitos contra la libertad sexual, y especialmente las agresiones sexuales con penetración, se han disparado. Según los últimos informes los delitos contra la libertad e indemnidad sexual han aumentado un 21,5%, y las agresiones sexuales con penetración lo han hecho en un 35%. Las provincias de Sevilla, Málaga y Cádiz compiten por el triste liderato con las de Madrid, Barcelona y Sevilla.
El efecto manada, donde la sórdida agresión sexual se convierte en el escaparate de un trofeo de caza a difundir a los cuatro vientos, donde la cobardía llega a ser tan ruin que avergüenza a los de su género, se ha convertido en una nueva maldad a imitar por necios impotentes. Si en los colegios se está cuestionando la posibilidad de colocar cámaras de seguridad para detectar las agresiones sexuales entre el alumnado, es que esta sociedad ha fallado en todo.
Que nadie nos diga que la violencia de género no trasciende los límites del ámbito familiar.
BIBLIOGRAFIA