Antonio Ares Camerino
“Él, con rostro adusto y porte enjuto. Ella, triste y avejentada, para la edad que le supone. Cada uno lleva una crianza de la mano. Él a la niña de sus ojos, ella al hombre de su vida. Hace tiempo que le destino les dio un giro mortal a los cuatro. Viven a dos calles de mi casa y no había reparado en ellos hasta hace unos días. Por comentarios del vecindario he sabido que la miseria se ha instalado en su casa. Los niños van al colegio sin desayunar y sólo realizan una comida caliente al día. Visten de prestado. Los que nos cruzamos con ellos, por la mañana, con ellos nos limitamos a un cortés buenos días sin reparar en su desgracia. Lo peor de todo es que no hay esperanza a la vista. Quisiéramos ayudarles, sobre todo a los niños, pero nuestra indecisión se comparte con el posible orgullo de los que en otros tiempos fueron dichosos”.
Según el Informe Mundial sobre la Infancia 2017 de la organización Save the Children, a 700 millones de niños y niñas les han robado la Infancia antes de tiempo. Las enfermedades evitables, los conflictos bélicos, la violencia extrema, el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la desnutrición, la falta de acceso a la educación y el trabajo infantil son sólo algunos de los ejemplos que constata cómo esta humanidad no es capaz de proteger su futuro más inmediato. Si no es por ellos, que sea por nuestro propio egoísmo.
Nade existe más vulnerable que la sonrisa de un niño. Nada es tan efímero como una infancia llena de cariño. Nada es tan sutil como ese dolor y esa hambre de los más débiles, de los que no pueden alzar su voz, pero que sus risas son capaces de mover montañas.
Crecer, aprender, jugar, desarrollar todo el potencial que la naturaleza les ha puesto a su alcance sólo es posible con amor, con cuidados, con protección que permita el desarrollo pleno de todo lo posible. Sin embargo una cuarta parte de los niños del mundo no pueden disfrutar de este derecho. No hace falta traspasar fronteras, no hay que viajar a países lejanos, está marginación de los vulnerables está muy cerca de nosotros. Está ONG, Save the Children, ha elaborado un informe sobre el “Índice de las Infancias Robadas”, partiendo de los Derechos del Niño, recogidos en la Declaración de Naciones Unidas de 1959, y corroborados en la Convención de Derechos del Niño del 20 de noviembre de 1989. Cada día más de 16.000 niños y niñas mueren antes de cumplir los 5 años por causas que se pueden prevenir o tratar. La desnutrición afecta a más de 150 millones de niños menores de cinco años y por otro lado la obesidad se ha convertido en la primera causa de malnutrición infantil en el mal llamado primer mundo. El 70% de los niños mal nutridos se concentran en 10 países, con la India a la cabeza. Más de 170 millones de niños y niñas trabajan de sol a sol en condiciones de esclavitud. Se ha elaborado una lista de 172 países, desde aquellos donde la infancia se encuentra en mejor situación hasta aquellos en los que se encuentra más afectada. Para ello se miden factores diversos basados en indicadores socio-sanitarios, educativos, económicos y medioambientales (mortalidad de niños y niñas menores de cinco años, desnutrición que provoca retraso de crecimiento, la falta de escolarización, el matrimonio precoz, los embarazos en adolescentes, el trabajo infantil, etc.). Noruega, Eslovenia y Finlandia ocupan los lugares más privilegiados. España ocupa el puesto número 14. Los diez países peor clasificados se encuentran en el África Oriental y Central. A modo de anécdota, por delante de nosotros, en el puesto sexto se encuentra nuestra vecina Portugal. El último informe de la OCDE sobre fracaso escolar nos sitúa en Europa sólo por delante de Malta.
Si no somos capaces de cuidar, mimar y querer a nuestras crianzas no tenemos futuro como especie.
“Y no fueron felices, y no comieron perdices”.
BIBLIOGRAFÍA