Esta historia comienza hace seis años. En 2015 el Grupo de Viajes del Colegio de Médicos de Cádiz (COMCADIZ) emprendía en Roncesvalles el Camino de Santiago. La pandemia vino a interrumpir el peregrinaje… hasta este año en que el Grupo ha cubierto las dos últimas etapas con el aliciente añadido de ser Año Jubilar. Ya de regreso, la Dra. Carmen Sebastianes, responsable del Grupo de Viajes, rememora la experiencia de este Camino y de su singular crónica, en lo que tiene de reto y al mismo tiempo de íntima reflexión, de apertura y de solidaridad a lo largo de las etapas y de la convivencia que deparan, siempre con el ánimo puesto en volver a vivirlo.
Este año el Grupo de Viajes del COMCADIZ volvía a proponer a los colegiados el retorno a la actividad y con todas las medidas de seguridad en julio volvía al Camino de Santiago. ¿Cómo ha sido este reencuentro y en qué medida una experiencia tan dura como la pandemia ha hecho especial este regreso?
Hacer el Camino este año fue una decisión muy meditada en la que se han tenido en cuenta los condicionantes. Cuando en el Grupo de Viajes del COMCADIZ empezamos a fraguar la idea de hacer el Camino de Santiago, una de las cosas en la que pensamos era que la llegada a Santiago de Compostela tenía que ser en 2021 coincidiendo con el Año Jubilar. Por eso fue en el 2015 cuando desde Roncesvalles iniciamos esta travesía.
La llegada de la COVID-19 nos demostró una vez más la fragilidad del ser humano y la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia nos hizo detener el proyecto y esperar. Este año, con la población vacunada, los buenos resultados observados y teniendo en cuenta que era una actividad al aire libre, si cuidábamos todas las medidas de seguridad podíamos cumplir el objetivo marcado tiempo atrás, que era llegar a Santiago este año aunque tuviéramos que hacer un doble esfuerzo pues había que hacer la etapa correspondiente al año pasado y la de este año.
Como coordinadora del Grupo de Viajes del COMCADIZ, ¿qué sensaciones y emociones ha ido recogiendo de los colegiados que han participado en esta nueva edición del Camino?
Hacer el Camino es una experiencia que merece la pena ser vivida. En el primer año el grupo era muy grande, incluía familias enteras, pero en el segundo año, en la etapa que transcurría por La Rioja, el grupo se redujo prácticamente a la mitad y ya se ha mantenido estable todo el tiempo.
Lo primero que llama la atención es que el grupo es compacto, sin subgrupos, aunque los haya por ser parejas, amigos etc. y eso se percibe incluso cuando estás caminando en soledad. Nunca te sientes a disgusto, reina la armonía, la comunicación, el interés general de que todos participemos de todo y sobre todo la alegría, las ganas de contar chistes, de cantar tanto tanguillos como el himno del Cádiz CF…, nunca cunde el desánimo ni la idea de ya no hago más, ni siquiera cuando después de un mal día por el esfuerzo del camino o porque nuestro cuerpo se resiente y somos conscientes de que aún quedan varios días por delante.
Si puedes hacer una abstracción y observas al Grupo desde fuera, te das cuenta de que el Camino saca lo mejor de cada uno de sus componentes, se despiertan sentimientos de solidaridad, comprensión, tolerancia y cariño. Esto se demuestra porque cada etapa tiene su crónica y su video, realizados con mucha ilusión por los diferentes miembros del grupo, para que siempre podamos recordar cómo fueron aquellos días.
¿Qué aporta personalmente el Camino?, ¿cómo ha contribuido a unir aún más al grupo de viajes?
El Camino permite conocerte, no solo porque reflexionas sobre situaciones vividas o proyectos a realizar, también a enfrentarte al esfuerzo ya que cada día es un reto. No hay día fácil, unos por el calor, otros por la lluvia, subidas duras, bajadas peores… Es entonces cuando te das cuenta de que puedes con más de lo que habitualmente piensas y eso te hace sentirte muy bien, con más seguridad y con ganas de llevar a cabo nuevos retos.
En cuanto a la cohesión, ocurre que cuando te unes a un grupo en el que la mayoría de las personas son desconocidas y lo único que te une a muchas de ellas es que somos de la misma profesión, entras con la ilusión de que vas a un destino o a cumplir un objetivo que quieres pero siempre tienes esa pequeña duda de que tal vez no encajes o de que pudieras no encontrarte cómodo. De inmediato te das cuenta de que eso no ocurre y lo demuestra el hecho de que al año siguiente estamos ahí de nuevo y contentos de encontrarnos y con la seguridad de que todo va a ir bien.
El COMCADIZ diseña toda una programación cultural también en torno al Camino de Santiago, ¿en qué consiste?
España tiene una riqueza cultural impresionante en todo su territorio y por donde transcurre el Camino de Santiago se pueden hacer multitud de visitas culturales. El tiempo caminando lo hacíamos por la mañana y con mucha frecuencia pasas por pueblos o ciudades en los que no da tiempo a detenerse si queremos llegar a comer al lugar previsto y por ello las tardes las dedicábamos a conocer esos lugares a veces con monumentos sorprendentes, ya arquitectónicos, naturales…. De esta forma podíamos profundizar en el conocimiento del Camino de Santiago como ruta cultural desde la Edad Media y visitar otros lugares que a lo mejor desde Cádiz nos habrían pasado desapercibidos.
¿Qué poso va dejando en el peregrino ir haciendo el Camino, volver a él?
Como decía antes, si hay una cosa curiosa es la idea de muchos de nosotros de volver a Santiago pero llegando por otra vía que no sea el Camino Francés, que es la que hemos terminado este año. La prueba la tenemos en que cuatro compañeras, a las dos semanas de volver, se fueron de nuevo y llegaron a Santiago pero en esta ocasión saliendo desde Tuy.
Este año, además, la delegación del COMCADIZ ha tenido ocasión de hacer a través de su presidente, el Dr. Juan Antonio Repetto, la ofrenda al Santo. ¿Cómo ha sido esta experiencia?
El que nuestro presidente haya hecho un hueco en su agenda para venir a celebrar con nosotros que nuestro objetivo se ha cumplido ha sido muy hermoso. Siempre hemos tenido claro que pertenecíamos al grupo de viajes del COMCADIZ pero de esta forma la sensación de pertenencia se hizo más fuerte.
Las palabras que Juan Antonio Repetto dijo en su Invocación al Apóstol nos trasladaron de nuevo a lo que somos, a nuestra profesión de médicos, a nuestra habitual lucha contra la enfermedad, que en estos últimos meses, con la pandemia, ha sido tan dura que hemos visto como muchos no han podido superarla a pesar de todos los esfuerzos. Por ello al vernos como punto final en la catedral de Santiago de Compostela, en la Misa del Peregrino y bien física y mentalmente, estoy segura de que todos dimos las Gracias por haber podido cumplir nuestro propósito y por todo lo bueno que teníamos.
Creo que el Camino ha sido una experiencia para todos y doy las gracias a cada uno de los que han participado porque todos juntos hemos logrado que este proyecto haya salido no bien, sino muy bien. De nuevo muchas gracias y seguimos en contacto.
El Grupo de Viajes del COMCADIZ prosigue su camino.
Enlace de interés: