Antonio Ares Camerino
20 de Febrero. DIA MUNDIAL DE LA JUSTICIA SOCIAL
Para muchos el filósofo Emilio Lledó (Triana, Sevilla 1927) puede ser considerado “el sabio oficial de España”. Su extensa obra le ha valido el prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. En una entrevista exponía que “Somos naturaleza, pero al mismo tiempo los seres humanos inventamos otros principios fundamentales parecidos al agua, el aire, el fuego, a la tierra. Esos principios fundamentales son la JUSTICIA, el BIEN, la VERDAD y la BELLEZA. Esos sí que son nuestras verdades, esa es la CULTURA. Ahí está nuestro camino”.
El concepto de JUSTICIA SOCIAL surgió a mediados del siglo XIX para referirse a la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales. Para algunos es otra forma de contemplar la JUSTICIA DISTRIBUTIVA, que ya estableció en su momento el filósofo griego Aristóteles. Para él era la que se encargaba de que todas las personas pudieran disfrutar y acceder a una serie de bienes imprescindibles como podían ser la educación o la alimentación
En el año 2007 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 20 de febrero como DÍA MUNDIAL DE LA JUSTICIA SOCIAL. Su objetivo es desarrollar actividades que fomenten la dignidad humana, el desarrollo, el pleno empleo, la igualdad de géneros y el bienestar social.
Para entender de donde surge esta necesidad hay que ver la Europa de finales del siglo XIX y primera mitad del Siglo XX, sobre todo el periodo entre las dos Guerras Mundiales. El escritor Stefan Zweig, en su obra “El mundo de ayer” (Die welt von gestern) establecía la Justicia como elemento fundamental de EQUIDAD.
La Justicia Social como principio de equidad necesita el compromiso del Estado para así poder compensar las desigualdades que surgen como consecuencias del mercado, cada vez más neoliberal y globalizado por la maldita ley de la oferta y la demanda. No se puede hablar de Justicia Social si el 20% de la sociedad gana más de 500 veces que el 80% restante. No se puede hablar de equidad cuando las materias primas y el trabajo se han convertido en objetos de especulación. No podemos entender una igualdad con unas normas impuestas por unos pocos que nos manejan a su antojo y con el único fin de dejarnos desnudos de ideas y esperanza. Los países con mejor calidad de vida suelen ser aquellos que promueven la Justicia Social, ya que la inequidad y las desigualdades generan violencia y promueven los enfrentamientos sociales. Su fin último es acabar con la pobreza y la desigualdad y conseguir el pleno desarrollo de las personas.
Desde el año 1973 se viene reuniendo en la ciudad Suiza de Davos el Foro Económico Mundial, al que asiste la “elite global”. Más de 3.000 personas, casi todas del sector de los negocios. La Revista TIME ha comparado a dicho grupo como una “reunión familiar para las personas que rompieron el mundo moderno”. Atrás quedó el lema inicial “A code of ethics for business leaders”. Desde el año 1954 se viene reuniendo el Grupo BILDERBERG, a él asisten las 130 personas más influyentes del mundo. Para muchos expertos en economía el grupo ha sido acusado de conspirar para imponer un gobierno mundial, un dominio capitalista y una economía planificada y supeditada a los intereses de los más poderosos.
Ejemplos de Justicia Social existen en todos los campos donde se cometen desigualdades: la educación. La igualdad de géneros, la trata y el abuso, el racismo, la xenofobia, la vivienda digna, la atención sanitaria y el mercado laboral.
En septiembre de 2015 la Asamblea General de la ONU adoptó el compromiso de elaborar una AGENDA 2030 para el Desarrollo Sostenible. Un plan a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. La Agenda plantea 17 objetivos con 169 metas.
“Estamos dispuestos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y la infancia, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”.
Para lograr este reto es preciso un compromiso global. De nada valdrán acciones individuales o unilaterales de determinados gobiernos, se precisará de una acción conjunta y coordinada. Sin el esfuerzo de todos la batalla podemos darla por perdida.
El filósofo francés Gilles Lipovetsky advierte del exacerbado individualismo del hombre contemporáneo. A pesar de todo llama al optimismo y a la esperanza, a pesar de que sectores de la vida social, la familia, la religión, el entretenimiento, las relaciones humanas y hasta la vida política, están seriamente afectados.
“Sin compromiso no hay Justicia Social, sin Igualdad no hay futuro”
BIBLIOGRAFÍA
www.ilo.org/global/lang–eu/index.htm