- Su expediente durante el Grado le ha valido a María del Sagrario Ramírez Sánchez el Premio Fin de Carrera concedido por el COMCADIZ
Lo que la medicina tiene de reto y de compromiso fue lo que atrajo a María del Sagrario Ramírez Sánchez a estudiar la carrera, cuyo expediente le ha valido el Premio Fin de Carrera concedido por el Colegio de Médicos (COMCADIZ), que considera como un punto de inflexión en su trayectoria. Ahora, como residente de Cardiología en el Hospital de Jerez, se reafirma día a día en esa decisión de ser médico y en la responsabilidad que se adquiere hacia los pacientes y hacia uno mismo.
¿Siempre supo que quería estudiar Medicina?, ¿qué le atraía de ella?
Desde la infancia quise ser médico motivada por la vocación de conceder mis valores, mi entrega y mi profesión al servicio del ser humano. Atraída por el mundo del conocimiento galeno, por la posibilidad de trabajar para la naturaleza humana en influir decisivamente en las personas que nos confían lo más preciado que tienen, su vida.
¿Qué nuevas motivaciones han ido surgiendo a lo largo de la carrera?
A lo largo de la carrera de Medicina, he ido encantándome más con la profesión, al sentirla verdaderamente un reto y al poder compartirla con compañeros médicos cuyos valores, intereses y objetivos son semejantes a los propios.
¿Cómo afronta los primeros pasos en la profesión?
Podría definir estos primeros meses como Residente de Cardiología en el Hospital Universitario de Jerez de la Frontera con la palabra ilusión. Lo cierto es que cada día reafirmo mi compromiso con la medicina y me conmueve reafirmar mi decisión de ser Médico. Creo que en cada acto médico al que nos enfrentamos cada día ponemos en una balanza cuestiones, a veces, intangibles, y tomamos un número vertiginoso de decisiones en apenas minutos, comprobando así, que la medicina no solo es ciencia, sino también arte.
¿Qué valores profesionales y humanos deben acompañar siempre a un buen médico?
Tener el honor de ser médico implica una responsabilidad para con el mundo pero también contigo mismo, es una forma de vida, es el firme compromiso de dedicarte a la vida humana, de creer vehemente en la medicina y emprender una búsqueda continua de tu mejor versión. Por ello no hay lugar que un médico necesita ser buena persona, y poner en práctica cada día valores como la empatía y asertividad, resiliencia, objetividad, honradez y honestidad, compasión y bondad.
¿Qué significado da a la concesión de este Premio por parte del Colegio de Médicos?
Este reconocimiento por parte del Colegio de Médicos es un honor y un privilegio hacia mÍ. Supone un punto de inflexión, una ilusión y una motivación para continuar en el camino de la medicina, que, aunque en ocasiones, se trunca duro y sacrificado, también te aporta satisfacciones que en ningún otro lugar del mundo se logra alcanzar. Les agradezco profundamente honrarme con este Premio.
Me gustaría compartir aquí una reflexión que un día leí y creo que todos los médicos debemos tener en cuenta en nuestro día a día: “El paciente no es sólo un paciente, es el amor de alguien. El padre de alguien, la madre de alguien, el hijo de alguien, el abuelo de alguien. El amor de la vida de alguien. Nuestra misión es siempre cuidar y hacer todo lo que podamos, por el amor de la vida de alguien.”