José Arturo Visedo Manzanares
El 27 de febrero de 1819 Goya adquirió una propiedad de 10 hectáres junto al Manzanares, a unos 300 metros del puente de Segovia, en el arranque del camino a la ermita de San Isidro,conocida como la Quinta del Sordo que, en contra de la creencia popular, no debe su nombre a la sordera del pintor
sino a la de su anterior propietario que era sordo.
En las paredes de esta vivienda realizó 14 pinturas al óleo sobre yeso, trasladadas a lienzo a partir de 1873 por Salvador Martínez Cubells, con importantes pérdidas de materia pictórica, por encargo de un banquero francés que tenía intención de venderlas en la Exposición Universal de París de 1878; sin embargo las obras no atrajeron compradores y él mismo las donó, en 1881, al Museo del Prado donde actualmente se exponen. Conocidas como Pinturas negras sabemos de su localización en la Quinta por unas fotografías realizadas en 1864, pero desconocemos el titulo y la intención por lo que no hay acuerdo en su interpretación; es por ello que me atreveré a hacer la mía propia después de citar las tenidas como oficiales.
En este primer artículo me referiré a las 7 que se encontraban en la primera planta:
1.- El perro semihundido:
En su estado actual, el cuadro representa la cabeza de un perro, cuya mirada se dirige hacia arriba, apareciendo tras un plano inclinado de ocre oscuro.
Según la foto de 1864, realizada antes de que la pintura fuese pasada a lienzo, podía apreciarse un paisaje formado por una gran roca y unos supuestos pájaros.
Se han hecho diferentes interpretaciones: desde quien opina que el perro mira el vuelo de los pájaros, pasando por quien encuentra en él una alegoría de la soledad o quienes creen que se encuentra hundido como consecuencia de haber desaparecido parte de la pintura por la humedad de la pared.
En mi opinión se trata de un perro descansando, simplemente; no corre, no salta, no hace nada: es el símbolo de la Pereza.
2.- Asmodea o Visión fantástica:
En la pintura aparecen dos enigmáticos personajes en vuelo. El de vestido oscuro señala una gran roca sobre cuya meseta aparece una plaza circular y varios edificios entre los que destacan algunas torres. En la parte inferior una escena ecuestre y más abajo dos soldados vestidos de uniforme sujetan un instrumento.
No se sabe a ciencia cierta el significado, por lo que se le han dado dos títulos: Asmodea y Visión fantástica.
De las figuras en vuelo, una de ellas ha sido relacionada habitualmente con el demonio Asmodeo por su capa roja, pero es una figura femenina, por lo que no cuadra con dicho supuesto. También se dice que los soldados son franceses y apuntan con su arma hacia la escena ecuestre que se interpreta como bélica.
Sin embargo, a mi entender, la pintura se refiere:
– por un lado, al diablo cojuelo, personaje popular en la España de 1600. Fue el primero en caer a los infiernos y sobre el que cayeron todos los demás dejándole cojo. Es el diablo de los excesos. Luis Vélez de Guevara lo usó en 1641 como personaje central de la novela homónima para retratar los vicios del Madrid de la época.
– por otro lado, a uno de los numerosos conjuros utilizados para invocar al diablo y obtener favores sexuales de la persona deseada: el que termina diciendo “…Diablo Cojuelo, tráeme a fulana al vuelo”.
En la pintura, Goya, representa al diablo con la boca llena de comida y uno o varios dedos de la mano izquierda flexionados en gatillo o en resorte, haciendo alusión a la artritis gotosa, una de sus posibles causas, como consecuencia de sus excesos; ha robado de una caravana de comerciantes, y no de una escena bélica, a la “fulana” en cuestión y la trae volando, abrazada a su cuello, hacia quienes lo han invocado, que contemplan la escena con un catalejo,
y no con un arma, como podemos comprobar comparando uno y otras.
La colina, que es semejante a la del perro semihundido, hace referencia a la que se menciona en la novela como el lugar donde estuvo encerrado Asmodeo durante siglos.
Se trata, a mi entender, de una critica a todos aquellos que prevarican otorgando favores a cambio de tener la boca y el estómago llenos, por Gula.
3.- Las Parcas:
Las Parcas eran tres hermanas tejedoras que decidían el nacimiento, la vida y la muerte de los hombres: Cloto traía el hilo de la vida que era tejido por Láquesis y cortado con tijeras por Átropos.
Se reconoce a Átropos, con las tijeras, a la derecha. Cloto, que generalmente trae el hilo de la vida, en este caso tiene entre las manos un muñeco unido por un supuesto hilo a su mano derecha y Láquesis, al fondo, que normalmente se caracteriza por tejerlo tiene, según esta interpretación, un objeto entre las manos que despierta diferentes interpretaciones: una lente con la que mirar el hilo de la vida o un espejo que simboliza el tiempo.
A mi modo de ver ninguna figura es femenina y, a excepción de la que se identifica con Átropos, no realizan ningún gesto que sugiera que tejen; más bien parecen hacer uso de diversos amuletos y, curiosamente, tienen el mismo problema articular en las manos que el Diablo Cojuelo: dedos en gatillo.
– La trampa del diablo, es un amuleto metálico, circular visto de frente, pero con forma de cuenco visto de lado que, por dentro, tiene grabados diferentes oraciones siguiendo una línea espiral descendente; este talismán atrae las energías negativas hacia el interior y una vez allí no pueden escapar debido a la espiral de oraciones.
– Las tijeras abiertas se identifican con amuletos usados contra los hechizos de las brujas.
– El muñeco vudú: tiene su origen en los tiempos en que a la mujer se la prohibía desvestirse delante de los hombres, por lo que eran tratadas médicamente a través de muñecos. El ritual vudú comienza limpiando el muñeco con un paño de las energías previas a fin de neutralizarlas y después se les clava un alfiler. Se utilizan tanto para hacer el mal como el bien dependiendo del color del alfiler y el lugar sobre el que se utilice: si se desea amor para sí o para otra persona se usa el color azul pinchando en el corazón; el negro repele las energías negativas; el blanco se utiliza para sanar.
El cuarto individuo que es el dueño de los amuletos que, para no compartirlos los oculta de nuestra mirada; gracias a sus beneficios se encuentra seguro, alejado de la realidad, como flotando en una nube.
Goya critica aquí a las clases dominantes, dueñas de todas las riquezas que no están dispuestas a compartir por Avaricia.
4.- Peregrinación a la fuente de San Isidro:
Es el título con el que aparece en el catálogo del Prado de 1900, después de haber recibido los de “el santo oficio” y más tarde “el paseo de la Inquisición”.
No está claro qué representa: Una serie de personajes grotescos, que podrían ser monjas o brujas, van en peregrinación a un lugar indeterminado o bien, un grupo de celestinas reciben las peticiones de unos caballeros para que les proporcionen jóvenes vírgenes.
Para mí se trata de una pareja de jóvenes en el momento de romper o los esponsales que era la promesa de matrimonio, cuyo incumplimiento se castigaba con pena de multa o arresto hasta finales de 1800 en que dejo de aplicarse, o el propio matrimonio.
El varón, en primer plano, se aleja del juez, a quien vemos con su característica peluca (1), de los testigos y de su ex-pareja que aparece junto a la “dueña” (2); va acompañado de una vieja bruja que ha quedado embarazada del joven, por quien se ha sentido atraida, después de invocar al diablo y ver cumplido su deseo sexual: recordemos “diablo cojuelo, tráeme a … al vuelo”
La pintura hacía pareja con Asmodea en la pared derecha de la habitación, separados por una ventana; de modo que podría interpretarse como que ésta es la versión en femenino de aquella.
Tras la bruja aparecen siete cabezas que son quienes la han empujado a conjurarse con el diablo, la Hidra de siete cabezas, el monstruo de la Envidia.
5.-Duelo a garrotazos:
La interpretación tradicional hace referencia a dos villanos luchando a bastonazos en un paraje desolado, enterrados hasta las rodillas. En 2010, Carlos Foradada, pintor y profesor de Historia del Arte afirmó que Goya los pintó con piernas, las cuales se han perdido como consecuencia de humedades, mala conservación y el paso de la pared al lienzo.
Con piernas o sin ellas, para mí, es una crítica a la ignorancia que vuelve a las personas intolerantes y les lleva a ser víctimas de la lra.
6.-Hombres leyendo:
Varias personas interesadas en la lectura, tal vez clandestina, de un periódico en tiempos de la represión fernandina.
En mi opinión se trata de un miembro del clero regular enseñando a leer a un grupo de personas; una de ellas parece pronunciar las vocales; otra mira al cielo: ¡Dios mío qué gente más torpe! Es una crítica a quienes se sienten superiores por
Soberbia.
7.- Dos mujeres y un hombre riendo:
Dos mujeres contemplan a un hombre en aparente actitud sexual.
Esta pintura hacía pareja, en la pared del fondo, con “hombres leyendo” por lo que hay quien dice que la actitud mencionada es debida a repintes que han modificado la postura de las manos que originalmente estarían sujetando un libro.
A mi entender, la primera versión es la válida y con ella se pretende criticar la Lujuria.
Pereza, Gula, Avaricia, Envidia, Ira, Soberbia y Lujuria, son los siete Pecados Capitales, los vicios de la sociedad de su tiempo, tanto de las clases acomodadas como de las más desfavorecidas, que Goya critica con rabia en los muros de su retiro.