Miguel Fernández-Melero Enríquez
Asesor Jurídico del Colegio
Sabemos de la habilidad que tienen algunos para aprovecharse de la gente. El timo, además de una glándula endocrina de los vertebrados, que participa de la acción inmunitaria a través de los linfocitos, es la acción o efectos del verbo timar, que significa quitar o hurtar con engaño, engañar a otro con promesas o esperanzas.
De estos segundos timos existen muchas clases. Algunos son superconocidos y han aparecido incluso en películas, como el de la estampita, los trileros, el nazareno y el tocomocho o billete de lotería premiado. Otros son más oscuros o ignorados como la mancha de tinta en la chaqueta, el anuncio de alquiler de piso barato o el concurso de televisión con preguntas facilísimas, en el que tienen al incauto muchos minutos al teléfono haciendo que corra la tarifa telefónica en su perjuicio.
Dentro de estos timos hemos tenido conocimiento de actividades que afectan a médicos y que, a mi criterio, se encuadran perfectamente en la categoría que venimos comentando. Se trata de individuos que crean empresas que se dicen centros médicos. Ofrecen toda clase de servicios médico-sanitarios y ambulancias, por una cuota mensual muy pequeña y con la que se dice cubrir a todos los miembros de la familia, sin limitación por enfermedad existente, edad o número de beneficiarios. La atención sanitaria se ofrece tanto en el centro como en el domicilio del socio.
Por la publicidad escrita que he podido ver, se oferta la atención de especialidades médicas como traumatología, cardiología, medicina interna, urología, digestivo, otorrino, dermatología, oftalmología, ginecología, pediatría, etc.
Luego proceden a captar a médicos, lo que dada la importancia del número de colegiados parados existentes no les está resultando difícil. Ofrecen contratos con honorarios verdaderamente lamentables (no creo que ocho euros la hora sea para tirar cohetes) y unos horarios también de pena.
La cuestión es que estos espabilados cobran a los socios que ven que por precios ridículos pueden tener una asistencia sanitaria profesional. El problema es que luego no pagan a los médicos que han contratado, quitándose de en medio con lo recaudado.
Ya tenemos varios casos y por eso alertamos. Cuidado con las ofertas de trabajo que luego terminen por ser una estafa, un fraude o un engaño. Resulta muy amargo hartarse de trabajar y luego no cobrar y, encima, tener que verse en pleitos con el timador.
Y la semana que viene, más.