Parece que lo jurídico está actualmente de moda. Por alguna extraña razón, si se observa el panorama actual nos encontramos con pleitos por todos lados, de forma que en la generalidad de los medios de comunicación, ocupando gran espacio, aparecen los tribunales, y no solamente los españoles.
Así, vemos cómo la semana ha comenzado en Palma de Mallorca con el juicio por la denominada operación Urdangarín, que ha concentrado a más de seiscientos periodistas (gran parte de ellos internacionales), dada la singular circunstancia de que en el mismo está implicada una infanta de España.
Por otra parte, resulta que en Méjico han capturado a un narcotraficante que estaba huido desde hacía meses después de fugarse de una prisión de máxima seguridad, y del que se está hablando de su extradición a Estados Unidos, donde se le buscaba en varios Estados, incluido alguno donde aún se aplica la pena de muerte.
Y resulta que en Alemania se han presentado docenas de denuncias por supuestos delitos de agresión sexual ocurridos en la noche de fin de año. Van a estar hablando de ello durante días.
Además comienza el juicio de la operación Goldfinger en la Audiencia de Málaga, donde vamos a tener la oportunidad de ver otra vez, sentados en el banquillo, a quienes en otro tiempo fueron altas autoridades de la ciudad de Marbella.
Y se está preparando otro tema que tampoco nos va a dejar en paz durante semanas. Es lo que algún periodista ha venido a denominar “pasión de catalanes”, y se refiere a la legalidad del proceso secesionista, de forma que los tribunales van a seguir sin perder protagonismo.
También vuelve a sentarse en el banquillo el ex alcalde de Jerez Pedro Pacheco, el cual aparece en la primera página de toda la prensa local, en la que se da cuenta del nuevo conflicto judicial que le afecta.
Y parecía que los médicos se estaban librando de esta avalancha; pero no. También empieza estos días el juicio por el desgraciado asunto denominado “Madrid Arena”, en el que aparecen imputados los facultativos que estaban encargados del servicio médico en el que ingresaron cinco jóvenes que terminaron falleciendo.
Es cierto que los temas apuntados merecen tratamiento informativo; pero el problema es que se crean juicios paralelos en los que cada cual se cree con derecho a opinar, aun cuando no se cuente con todos los elementos de juicio, que únicamente están en las actuaciones judiciales. Esa es una cuestión que algunos colegiados han sufrido, cuando su juicio ha merecido la atención de los medios y se han visto en la televisión o ha aparecido su foto en el periódico. Por eso hay que ser muy prudentes con lo que se dice porque, en este país, hasta los más abyectos criminales tienen derecho a la presunción de inocencia.
Y la semana que viene, más.