Reconozco que algunas veces me pongo jartible (los no nativos no busquen esta palabra en el diccionario de la RAE porque no viene. Es lo que se le dice en Andalucía al que termina por dejarte harto de lo pesado que es repitiendo lo mismo). Pero es que a veces no hay más remedio. Ya hemos hablado muchas veces del consentimiento informado y, si bien la cosa parece que ha quedado clara en lo que respecta a grandes intervenciones, todavía queda mucho que hablar sobre el asunto.
En la prensa especializada acaba de aparecer la referencia a tres sentencias dictadas por Audiencias Provinciales (de La Coruña, de Barcelona y de Palma de Mallorca), que establecen la necesidad de que se obtenga el consentimiento informado escrito en el caso de las infiltraciones.
Discutido si una infiltración es un procedimiento invasor que exige consentimiento escrito, se llega a la conclusión afirmativa ya que una infiltración supone punzar el tejido e introducir un medicamento en el cuerpo. Incluso consta en una de las sentencias que el magistrado ha acudido al Diccionario Médico Dorland (edición 23ª) en el que se entiende por tratamiento invasor aquél que invade, que entraña punción o incisión de la piel o introducción de un instrumento, de una sustancia extraña en el cuerpo.
Con esta definición es evidente que en aplicación estricta de la letra del artículo 8.2 de la Ley 41/2002 sería necesario el consentimiento escrito del paciente para las infiltraciones.
Esta es una cuestión que ya en Cádiz nos ha dado algún problema pues hemos tenido varios pleitos sobre el tema de las infiltraciones sin consentimiento informado. Afortunadamente las cosas han salido bien pero, vista la actitud que se está tomando por los Tribunales, bien se hará en ver de dónde viene ajustando en consecuencia las velas.
Lo que no sé es si ya se ha planteado que cualquier inyección es también un tratamiento invasor y, por tanto, también ha de obtenerse previamente un consentimiento informado escrito. Ello supondría el problema de que cualquier inyección que se pusiera a un paciente haría preciso que se abriera una historia clínica donde poder conservarlo.
Y la semana que viene, más.
Miguel Fernández-Melero Enríquez
Asesor Jurídico del Colegio