Antonio Ares Camerino
“Antes de seguir con la lectura deberá acertar esta pregunta tipo test de respuestas múltiples. Sólo una es cierta.
¿Qué son las EII.s?
- Un grupo de música independiente compuesto sólo por mujeres.
- Una App que sirve para pedir ropa deportiva
- Un grupo de enfermedades que afectan al aparato digestivo
- Un grupo de Empresas de Inteligencia Inventada.
Sólo si ha dado con la respuesta correcta puede continuar leyendo este artículo”.
Históricamente el Hospital de Mount Sinaí de Nueva York venía atendiendo a una gran población judía, en particular con antecedentes familiares procedentes de Europa del Este. Sobre todo en las décadas de los 40, 50 y 60 del siglo pasado. Es sabido que esta población presenta una mayor incidencia de colitis ulcerosa y de enfermedad de Crohn. Los internistas, gastroenterólogos, cirujanos y radiólogos de aquel hospital fueron adquiriendo gran experiencia por el gran número de pacientes que atendían. Burrill B. Crohn (Nueva York 1884-New Milford. Connecticut 1983), hijo de padres judíos de ascendencia alemana y polaca, cursó sus estudios de medicina en la Universidad de Columbia. Empezó a trabajar en el Mount Sinaí como residente de patología y en 1923 fue nombrado jefe del Departamento de Gastroenterología. Su dedicación al estudio de la colitis ulcerosa rozaba la mera observación científica. Sus líneas de investigación en colaboración con los Dr. Berg, Dr. L. Ginzburg y el Dr. Oppemheimer dieron sus frutos. En 1931 el Dr. Crohn escribió una carta a la Asociación Americana de Gastroenterología en la que decía: “tengo una importante contribución científica. He descubierto, creo, una nueva enfermedad intestinal a la cual he llamado ileitis terminal”. La publicación en la Revista JAMA, en la que describió 14 casos de pacientes con iletitis regional o terminal, con un proceso inflamatorio hipertrófico, sentaban las bases de la conocida hoy como Enfermedad de Crohn. Hasta 1960, tras la publicación de los Drs. Lockhart-Mummery y Morson, se concluyó que dicho proceso podía afectar a cualquier zona del aparato digestivo.
En el año 2010 se decidió por parte de la Federación Europea de Asociaciones de Pacientes Afectos de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa que el 19 de mayo fuese el Día Mundial de la EII o IBD (Inflamatory Bowel Disease), actualmente presente en más de 50 países en los cinco continentes. Se calcula que son más de 10 millones de personas las que la padecen en el mundo. El Lazo Violeta se utiliza este día para dar visibilidad a este grupo de enfermedades que afectan por igual a ambos sexos, y que centra su incidencia en la segunda-tercera década de la vida (15-30 años).
Sus síntomas son fáciles de identificar, dolor abdominal, pérdida de peso, falta de apetito, astenia y decaimiento, diarreas (a veces mucosanguinolentas) e incluso fiebre. Por otra parte existen otras enfermedades del mismo grupo que presentan afectación sistémica (dolores articulares, alteraciones de la piel, afección ocular, etc).
En España se calcula que cerca de 400.000 personas tienen EII. Cerca del 79 % de los pacientes consideran que su calidad de vida está bastante o muy afectada por la enfermedad. El 41% dice que afecta a su vida laboral al no poder realizar sobreesfuerzos o adaptarse a los horarios por los síntomas o dolores que padecen y los periodos de bajas durante los brotes de la misma. Todo ello provoca que más de la mitad de los pacientes presenten problemas de tipo emocional al ver limitaciones en su relación con el entorno.
Se piensa que en su origen este grupo de enfermedades pueden tener un agente desconocido (vírico, dietético, ambiental, etc) que provoca unos cambios en el intestino de algunas personas, debido a causas genéticas e inmunitarias. El diagnóstico concreto requiere de una correcta historia clínica, revisión de antecedentes personales y familiares, un estudio analítico y la realización de endoscopias, biopsias, estudio radiológico, etc. Con respecto al tratamiento bien lo que es el tratamiento preventivo, intercrisis, y el tratamiento agudo, en la fase crítica (salicilatos, AB, corticoides, inmusupresores). A veces incluso se debe recurrir a la cirugía para eliminar la zona intestinal afectada por las lesiones.
Las pautas nutricionales son una de las herramientas clave del profesional sanitario en el abordaje de pacientes con este tipo de patologías.
Simples consejos sobre alimentos a incluir o excluir de la dieta en función de la fase de la enfermedad, junto a recomendaciones generales vinculadas a los hábitos alimentarios como: pautar horario de comidas, ingesta en pequeñas porciones, masticar bien, introducir los nuevos alimentos en dosis más controladas e ingerir líquidos con frecuencia, son fundamentales para una buena higiene alimentaria que reduzca la intensidad y la duración de los brotes, así como que prevengan su aparición.
¡Que el lazo VIOLETA sirva para dar visibilidad a estos pacientes!
BIBLIOGRAFÍA
https://hospitalpuertadelmar.com/unidades-clinicas/aparatodigestivo/
https://www.facebook.com/HUPMCadiz/photos/a.602234539808538/4339126402785981/?type=3