“Si en un sistema se produce una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a corto o medio plazo.”
(Explicación del Efecto mariposa en la Wikipedia).
Hacer una copia de seguridad del sistema de carpetas y ficheros del usuario, cada cierto tiempo, es un hábito y costumbre que no es nada conveniente olvidar para un usuario. Yo realizo una copia de seguridad de todo mi conjunto de carpetas y ficheros al menos una vez cada 15 días. Mis más de 5.000 carpetas y casi 90.000 ficheros me lo agradecen. Un porcentaje nada despreciable de esas 5.000 carpetas de usuario de mi ordenador poseen un icono personalizado, un icono que sustituye al típico icono de carpeta amarilla de toda la vida y que por defecto tienen las distintas versiones de Windows. Les coloco a esas carpetas dicho icono personalizado para facilitarme a mí mismo el poder apreciar rápidamente el tipo de contenido que hay en el interior de ellas.
¿Cómo puede colocarse un icono personalizado a una carpeta en Windows?
Se extrae el menú contextual (clic con el botón derecho del ratón) de la carpeta a la que se desea colocar un icono personalizado. Se elige la opción Propiedades y en el cuadro de diálogo que se muestra se selecciona con un clic la pestaña Personalizar y allí ya se observa el Botón Cambiar icono. Al efectuar un clic en el Botón Cambiar icono se muestra otro cuadro de diálogo con la relación de todos los iconos personalizados que pueden colocarse a la carpeta que se ha seleccionado con anterioridad. Se elige el icono deseado y Botón Aceptar.
Un día de octubre, del pasado año 2016, realicé una de mis periódicas copias de seguridad en un disco duro externo. Cuando la copia llega a su fin, siempre compruebo el contenido de la misma y comparo los GBs copiados en el disco destino con las carpetas y ficheros ubicados en el disco origen. Al prestar atención a las carpetas copiadas en el disco duro externo, observé que las carpetas que debían tener el icono personalizado aparecían sin esa característica diferenciadora. Todas las carpetas en el destino se mostraban con el icono de carpeta amarilla por defecto en Windows.
Llevo más de 12 años usando esa funcionalidad en Windows, concretamente desde Windows XP. La he usado con todas las demás versiones de Windows que han seguido a XP. La he usado con Windows Vista, Windows 7, Windows 8 y ahora con Windows 10. La versión de Windows de la que disponía mi ordenador cuando observé que los iconos personalizados no aparecían en esas carpetas copiadas era Windows 10. Yo llevaba usando Windows 10 desde su aparición en julio de 2015. Llevaba usando Windows 10 desde entonces y las copias de carpetas con los iconos personalizados nunca, pero nunca, habían dado ningún tipo de incidencia. Nunca habían fallado. Pero ese día en concreto de octubre de 2016 los iconos personalizados no aparecieron en la copia de las carpetas donde estaban dispuestos.
Cuando detecté el inconveniente apagué el ordenador, volví a encenderlo y repetí la copia de seguridad en otro disco duro externo. El resultado fue idéntico. No aparecían los iconos personalizados en las carpetas. Encendí otro ordenador con Windows 10 del que también dispongo y observé que los iconos personalizados en carpetas tampoco se copiaban en el destino. Mis 2 ordenadores con Windows 10 no sabían copiar los iconos personalizados de las carpetas que tenían ese atributo. Inhabilité el antivirus de esos dos ordenadores y tampoco dio resultado.
Recordé entonces que mis dos ordenadores con Windows 10 tuvieron una actualización automática importante de Windows 10, a través de Internet, unos días antes de detectar el inconveniente. Pasaron de Windows 10 versión 1511 a Windows 10 versión 1607. El problema detectado tuvo lugar con Windows 10 versión 1607 (Windows 10 versión 1607 es también conocida o llamada la Actualización de aniversario de Windows 10, en honor al primer año de Windows 10 en el mercado informático)
Realicé en los siguientes días una serie de comprobaciones, en la acción de copiar carpetas con iconos personalizados, en ordenadores del Colegio Médico que disponían de Windows 10 y también en ordenadores de amistades que disponían de Windows 10 en sus equipos. En todos aquellos ordenadores que disponían de la más reciente versión 1607 de Windows 10 los iconos personalizados no se mostraban en las copias de carpetas. En cambio, en Windows 10 versión 1511 la incidencia no se producía y el icono personalizado en carpetas se mostraba perfectamente en las copias. El problema era Windows 10 versión 1607.
¿Cómo se puede saber la versión de Windows 10 que se encuentra instalada en un ordenador?
En la barra de tareas de Windows 10, situada normalmente en el área inferior de la pantalla, a la izquierda de la misma se encuentra el Botón Inicio. Inmediatamente a la derecha del Botón Inicio se halla dispuesta una caja de búsqueda con el texto impreso “Pregúntame cualquier cosa”. Hay que situar el cursor, con un clic del ratón en su interior, y teclear el comando WINVER y luego la tecla <Intro>. Se debe mostrar una ventana denominada Acerca de Windows. En el interior de esta ventana se desglosa la versión de Windows 10 que se está usando. También se muestra, entre paréntesis, la compilación exacta.
En mi caso, hoy en día se muestra: Windows 10. Versión 1607 (compilación de SO 14393.693)
La compilación es una identificación de la versión, también denominada revisión. Dos usuarios pueden tener la misma versión 1607 de Windows 10, pero distinta compilación o revisión, ya que alguno de ellos ha podido obtener alguna pequeña actualización de la versión 1607 y el otro usuario aún no.
Una vez que estuve seguro de que la incidencia sólo afectaba a la versión 1607 de Windows 10, me puse en contacto con el servicio técnico de Microsoft en Estados Unidos a través de una de sus webs oficiales mediante el servicio de Chat del que disponen, con un técnico especializado. Antes de poder explicar el problema detectado, tuve que pasar un pequeño interrogatorio sobre la licencia de Windows 10 que tenía instalada, para comprobar si mi Windows 10 era legal, así como otras cuestiones técnicas.
Me identifiqué como docente y una vez que ya pude explicar la razón de mi contacto con el servicio técnico de Microsoft y hacerles llegar la incidencia que había encontrado (un bug importante a nivel de usuario) no había forma que el técnico (David C) pudiera entenderme satisfactoriamente. Me daba respuestas inapropiadas al problema detectado.
No me quedó otra opción que convencer al técnico de Microsoft para que siguiera mis indicaciones en algún ordenador con Windows 10 versión 1607 que tuviera a su disposición allí en sus dependencias. Me hicieron esperar unos minutos, indicándome el técnico tras ese tiempo de espera que ya disponía de un equipo en su presencia con Windows 10 versión 1607.
Y tuve que dirigirle los pasos: “cree usted una carpeta en el escritorio de Windows, colóquele un icono personalizado, copie la carpeta a una memoria USB externa o a cualquier otro dispositivo…” y se hizo el silencio en la ventana de chat en la que estábamos dialogando.
“Espere usted unos minutos que voy a realizar una consulta” me comentó.
Y terminó confirmándome lo siguiente:
“Sí señor, efectivamente nos informas de un inconveniente que hasta el momento no se tenía conocimiento, por lo que vamos a escalar el caso para que el área de desarrollo nos confirme si va a continuar esa función y si se solucionaría con una futura actualización”.
Esa misma tarde Microsoft me envió un email donde me agradecía mi colaboración para el “inconveniente detectado en la versión 1607 de Windows 10” y que en los próximos días se estaría realizando una actualización global para solucionarlo.
A día de hoy en el que estoy terminando este artículo, 06 de marzo de 2017, el problema aún persiste, aunque Microsoft ya me ha indicado que en breve se emitirá la compilación SO 15025.1000 que ya solucionará la incidencia.
Mi asombro no es haber detectado un bug importante en Windows 10 y que vaya a provocar una actualización global, entiéndase mundial, para solucionarlo. Mi asombro es cómo puede Microsoft fallar en algo que afecta a una simple copia de carpetas con icono personalizado y no haya sido detectado por sus técnicos de desarrollo y control de calidad antes de haberse emitido la versión 1607 de Windows 10. Y mi asombro es también que, llevando allá por octubre de 2016 más de un mes en los ordenadores de medio mundo la versión 1607 de Windows 10, con millones de usuarios y empresas trabajando con dicho sistema operativo, nadie se haya puesto en contacto con Microsoft para indagar sobre el tema.
Windows 10 cada vez me gusta menos. No es un sistema operativo que simplifique las tareas del usuario. Es un híbrido con dos entornos distintos implementados, el de escritorio tradicional y el de ámbito de pantallas táctiles. Y encima he descubierto, otra vez casualmente, algún bug más que afecta al editor de vídeo de Windows (Windows Movie Maker) si se encuentra instalado en Windows 10. Pero eso ya es otra historia de terror.